Majas de paseo [1796] (detalle. Imagen coloreada para esta edición web). Dibujo sobre papel verjurado tinta china a pincel.  Francisco de Goya, 1746 - 1828

 

 

  

 

A.- Estructura cronológica  y resumen.

 

I.- El Motín de Aranjuez.

 

1.- Antes del motín de Aranjuez.

 

Capítulo I.-

Gabriel, el personaje novelesco creado por Galdós que, al contarnos su vida, nos cuenta la Historia de España, desde la batalla Trafalgar (21 de octubre de 1805)  hasta la de Los Arapiles ( 22 de julio de 1812), en la primera serie de los Episodios Nacionales (1 – 10, ambos incluidos), trabaja de cajista en la imprenta del Diario de Madrid y se ha acostumbrado a ir todos los fines de semana  a Aranjuez, a ver a Inés, su novia, que vive con el tío de ella (hermano de su presunto padre), el sacerdote don Celestino, paisano de Godoy y favorecido por él. Estamos en marzo de 1808,

 

Capítulo II.-

El domingo 7 de marzo.

En el viaje a Aranjuez, Gabriel habla con don Celestino de la situación política: las buenas relaciones de Godoy con Napoleón y las malas relaciones de Godoy con el pueblo español. En la comida, a Inés y a él, don Celestino les cuenta que  los primos madrileños de la madre de Inés (la difunta doña Juana), los hermanos Requejo (don Mauro y doña Restituta) vendrán a Aranjuez el próximo domingo14 de marzo a hacerse cargo de Inés.

 

Capítulos III, IV y V.-

Domingo, 14 de marzo.

Los Requejo en Aranjuez. Ese mismo domingo en Aranjuez, conversación de Gabriel con don Celestino para convencerlo de que no permita que los Requejo, con muy torcidas intenciones, se apoderen de Inés. Fracaso en ello de Gabriel que, sin embargo, obtiene de don Celestino el acudir con él a la audiencia que le tiene concedida Godoy.  Los Requejo se hacen con Inés.

 

Capítulos VI y VII.-

Lunes, 15 de marzo.

Godoy recibe a don Celestino y a Gabriel. Hay mucha gente en las calles de Aranjuez. Cuando don celestino y Gabriel vuelven a casa, se presenta allí Gorito Santurrias, el sacristán, a mofarse de la buena relación que don Celestino mantiene con Godoy y a anticiparle lo que va a pasar con Godoy cualquier día. Don Celestino manda a Gabriel a enterarse de lo que se cuece en la calle. Gabriel se encuentra con el señor Lopito al que conoció cinco meses antes como pinche de las reales cocinas del palacio de El Escorial y que ahora sirve el infante don Antonio Pascual de Borbón, tío del Príncipe de Asturias, el luego rey Fernando VII,  y uno de los conjurados para echar del poder a Godoy poner en el trono a su sobrino. Lopito lleva a Gabriel a la taberna del tío Malayerba.

Martes, 16 de marzo.

Gabriel no puede regresar a Madrid y pasa el día con Lopito. Tarde en la taberna del tío Malayerba. Comunicado de Carlos IV tranquilizando al país. Vuelta de Gabriel a casa de don Celestino. Don Celestino satisfecho con el comunicado real. Santurrias le anuncia que algo va a pasar al día siguiente.

 

 

2.- Motín de Aranjuez (de la noche del 17 a la del 19 de marzo de 1808).

 

Capítulo VIII.-

Miércoles, 17 de marzo.

A Gabriel no lo lleva nadie a Madrid. Decide volver a pie, pero lo disuade Lopito.

Noche del miércoles 17 de marzo.

En la taberna del tío Malayerba. Discurso de Pujitos sobre el tonel. Comienza la marcha contra la casa de Godoy.

 

Capítulos IX y X.-

El asalto a la casa de Godoy. La alegría de Santurrias y la desesperación de don Celestino por ello.

 

Capítulo XI.-

Jueves, 18 de marzo.

Gabriel pasa el día durmiendo. Se comentan en la taberna los sucesos del día anterior.

Viernes, 19 de marzo.

Detención de Godoy en su palacio. Es trasladado a un acuartelamiento soportando diversos intentos de linchamiento.

 

Capítulo XII.-

Llegada de Godoy al cuartel y descalabradura de Santurrias. Don Celestino va a consolar a Godoy en su prisión.

 

Capítulo XIII.-

Noche del viernes 19 de marzo.

Antes de salir para Madrid, Gabriel acude una vez más a la taberna. Noticia de la abdicación de Carlos IV. Fernando VII rey. Despedida de don Celestino y de Aranjuez. Reflexión de Gabriel sobre las llamadas “revoluciones populares”.

 

 

II.- 2 y 3 de mayo de 1808.

1.- Antes del 2 de Mayo.

 

Capítulo XIV.-

Sábado, 20 de marzo

Gabriel vuelve a Madrid, a su pensión de la calle San José, nº 12, frente al Parque Monteleón.

Gabriel investiga la casa y la calaña de los Requejo y llega a las peores conclusiones. Decide sacar a Inés de allí empleándose en casa de los Requejo.

 

Capítulo XV.-

Lunes, 22 de marzo.

Gabriel en casa de los Requejo. Descripción de la casa desde dentro. Presentación de Juan de Dios, el mancebo. Proyecto de matrimonio entre Juan de Dios y doña Restituta Requejo.

 

Capítulo XVI.-

La tertulia de después de cenar. Presentación del licenciado Lobo. Los presentimientos de proyecto matrimonial de don Mauro con Inés se confirman. Inés rechaza a don Mauro. El licenciado Lobo descubre sus cartas en relación con Inés y da consejos a don Mauro para conquistarla.

 

Capítulo XVII.-

Martes,  23 de marzo.

Don Mauro intenta conquistar a Inés. Gabriel juega sus cartas.

 

Capítulo XVIII.-

Doña Ambrosia de los Linos, comerciante, que asiste a la tertulia de después de cenar, reprocha a los Requejo no haber asistido a la llegada del ejército francés a Madrid. Les da la noticia de que al día siguiente hará su entrada en Madrid el nuevo rey Fernando VII.

Miércoles, 24 de marzo.

Los Requejo acuden a recibir al rey. Pacorro Chinitas y su mujer Primorosa. Gracias a los movimientos de la multitud, Inés y Gabriel se libran por un momento de los Requejo.

 

Capítulo XIX.-

Ajenos a la multitud, hablan Inés y Gabriel, pero vuelven a caer en poder de los Requejo.

 

Capítulo XX.-

Pasan los días….

Ante la imposibilidad de burlar la vigilancia de Restituta Requejo sobre Inés, Gabriel decide ganarse a los Requejo. Descubre que Juan de Dios está enamorado de Inés.

 

Capítulo XXI.-

Martes, 21 de abril.

La tertulia nocturna. Requejo quiere hacerse con la exclusiva del abastecimiento del ejército francés, pero la contertulia doña Ambrosia de los Linos, tendera de la calle del Príncipe, avisa que la gente está empezando a hartarse de los franceses. Restituta, por los sueños de Inés descubre que ésta está enamorada y no de Mauro Requejo.

 

Capítulo XXII.-

Miércoles,22 de abril y días siguientes.

Mauro Requejo encierra a Inés para conseguir que acceda a casarse con él. Gabriel urde un plan para quedarse sólo con Inés y liberarla de los Requejo.

Es el domingo, 1 de mayo.

Gabriel intenta conseguir que Juan de Dios le deje la llave del aposento de Inés. Juan de Dios que es vasco-francés, negociando en nombre de D. Mauro el abastecimiento de los franceses, se encuentra con un teniente de la Guardia Imperial paisano suyo. Gabriel logra descerrajar la puerta del aposento de Inés. El licenciado Lobo impide la huida.

 

Capítulo XXIII.-

Se descubren los amores de Gabriel y de Inés. El licenciado Lobo busca a Gabriel como colaborador de don Celestino, protegido de Godoy. Deciden encerrar a Gabriel en el sótano hasta poder entregarlo a la justicia. Llega Juan de Dios al sótano.

 

Capítulo XXIV.-

Juan de Dios baja al sótano a retirar de la caja de caudales de los Requejo el dinero suficiente para fugarse con Inés. Antes ha logrado alejar de Madrid a don Mauro. Gabriel logra encerrar a Juan de Dios y a Restituta en el sótano y escapar con Inés. Es el amanecer del lunes, 2 de mayo de 1808.

 

2.- El lunes, 2 de mayo de 1808.

 

Capítulo XXV.-

Lunes, 2 de mayo de 1808.  

Al llegar Gabriel con Inés a su pensión de la calle S. José, se encuentran con don Celestino que también se ha refugiado allí. Don Celestino decide pedir ayuda a la madre real de Inés, la señora marquesa de..., a la que Gabriel también conoce.

Entre 9 y 11 de la mañana.

Gabriel sale de casa para pedir ayuda a la madre de Inés. En la calle Nueva (hoy Bailén) se encuentra con el pueblo de Madrid que intenta impedir que se cumplan las órdenes de Napoleón de trasladar de la familia real española a Bayona. Gabriel va a lo suyo pero Pacorro Chinitas lo convence para que se sume  a la rebelión.

 

Capítulo XXVI.-

Comienzan el ataque de los madrileños a los franceses en la Armería y el ataque francés contra los madrileños en la calle Nueva. Se extiende la lucha a la calle Mayor, plaza de la Villa y Puerta del Sol. Pacorro Chinitas y Primorosa en acción.

 

Capítulo XXVII.-

Lucha casa por casa en la Puerta del Sol. Encuentro casual con Juan de Dios y el licenciado Lobo al pasar Gabriel, huyendo de los franceses, por un boquete de la casa vecina a la de Lobo. Juan de Dios le da noticia a Gabriel de la lucha en el Parque de Monteleón y se dirigen allá.

 

Capítulo XXVIII.-

Entre las 12 y las 13 horas.

Gabriel y Juan de Dios llegan a la calle de San José. Consiguen subir a casa de Gabriel en un intermedio del asalto francés al Parque de artillería de Monteleón. La lucha continúa.

 

Capítulo XXIX.-

Don Celestino anima a Gabriel a participar en la lucha. Se van los tres a la calle.

 

Capítulo XXX.-

La caída del Parque. Don Celestino e Inés prisioneros de las franceses.

 

Capítulo XXXI.-

Las 4 de la tarde.

Gabriel y Juan de Dios buscan a Inés.

Anochece.

Gabriel y Juan de Dios se separan buscando ayuda cada uno por su cuenta. Vuelven a encontrarse en Sol.

Las 22 horas.

Se vuelven a separar.

 

Capítulo XXXII.-

En el Retiro Gabriel presencia fusilamientos. Alguien le indica que a los detenidos en el barrio de Maravillas los han llevado a  la Moncloa. Gabriel, corriendo hacia allí, cae desvanecido.

 

3.- El amanecer del martes 3 de mayo.

 

Capítulo XXXIII.-

Y desvanecido  lo encuentran Juan de Dios y el licenciado Lobo.

Las 2 de la mañana del martes 3 de mayo.

 Llegada a la puerta de la huerta del Príncipe Pío. Gabriel intenta entrar. Encuentra a Inés y a don Celestino a punto de ser fusilados. No logra la liberación de Inés, pero sí la consigue Juan de Dios que ha recurrido a su paisano el teniente de la Guardia Imperial y va acompañado del licenciado Lobo.

 

Capítulo XXXIV.-

Don Celestino y Gabriel son fusilados.

 

B.- Comentario.

 

Es “descubrir el Mediterráneo” decir que Galdós es uno de los dos grandes narradores de la Literatura Española. El otro es Cervantes.

También es “descubrir el Mediterráneo” decir que Los Episodios Nacionales son un conjunto de novelas históricas en el que se hace un agudísimo análisis del complejo y trascendental siglo XIX español. Exactamente del “fracaso del liberalismo español” que tan trágicas consecuencias está teniendo aún en nuestros días.

Este fin de semana lo he pasado con los hijos de unos amigos, alumnos de secundaria, que tenían una tarea escolar “extra” pendiente. Los profesores de “Lengua” y de “Sociales” les habían dado un de plazo 15 días, que termina mañana, martes, para hacer un esquema cronológico, unido al resumen de cada capítulo, del tercero de los Episodios Nacionales. La tarea se debía hacer en equipo y sus profesores, a los que conozco bien, sabían que, como tantas otras veces, pasaríamos los críos y yo, juntos, un fin de semana entretenido.

Los chicos son lectores voraces, pero necesitan alguien que les obligue a poner cierto orden y disciplina en sus lecturas. Y ese es el objetivo de estos dos excelentes “profesionales de la enseñanza útil”. Hay que cultivar y mimar a los pocos críos con afición a la lectura que nos quedan.

Antes de empezar mi tarea de supervisión, los chiquillos ya se habían leído el texto individualmente y cada cual había hecho la redacción de su trabajo. Se trataba de echarle un último vistazo.

Empezamos a trabajar el viernes después de comer y terminamos ayer, domingo, después de cenar. Nos hemos leído en alto el texto de Galdós— ¡placer de dioses la escucha de la lectura hecha por alguien que sabe leer bien en público!—, y hemos ido parando y comentando y discutiendo su ordenamiento cronológico, que es muy preciso, y el resumen que nos ha parecido más exacto de cada capítulo. Uno de ellos iba escribiendo en el ordenador el texto común acordado, el que les he ofrecido a uds.

El esquema es muy fácil de hacer. Galdós ha hecho una muy detallada crónica histórica marcando meses, días y horas. Inteligentísimamente el punto culminante, el punto de fuga de su larga perspectiva, es un “continuará”.

Galdós construye una excelente novela de aventuras, que a la vez es una verdadera “novela de aprendizaje” y una magnífica, pero abierta, novela de amor. Los críos estaban encantados y dispuestos a leer los Episodios Nacionales siguientes para ver si había un final feliz para los amores de los jóvenes protagonistas.

En lo de “novela de aprendizaje” estamos ante el mismo planteamiento de La Isla del Tesoro, de Zalacaín o de El Camino de Delibes, por poner algunos ejemplos. Lecturas que a estos mocetes ya les resultan familiares.

Se dieron cuenta de que su vida, como la de Gabriel, debe ser incesante pelea por vencer las dificultades de la vida y para comportarse como “adultos autónomos” y “hombres de provecho” ya a sus 15 o 16 años.

Eso es lo bueno de “las verdaderas lecturas educativas”, que enseñan a las claras a ser adultos, sea cual sea la edad física que se tenga. El cuento de Pulgarcito es una “verdadera lectura educativa”. Tanto como lo pueda ser la Odisea.

Además la obra analizada es el relato escalofriante del  “hundimiento” del Antiguo Régimen en España. Hablamos de que el próximo año se cumplirán dos siglos de la Constitución de 1812.  Y de que “La Pepa” sigue siendo para cualquier español medianamente espabilado una estrella que nos muestra el camino de nuestra única salvación: el liberalismo político y económico, pero el de verdad, no los sucedáneos que nos van llevando siglo tras siglo, de ruina en ruina, incluida la que ahora padecemos.

Y de paso, en ella Galdós  ha enfrentado dos tipos de “pueblo en acción”, el populacho de Aranjuez, manejado, manipulado y teledirigido por las cretinas ambiciones políticas de politicastros sin escrúpulos (final del capítulo XIII), y el heroico pueblo de Madrid, desarmado, desamparado y sólo organizado y disciplinado por su noble patriotismo (Capítulos XXV y ss.).

 El primero saquea, roba y destruye; el segundo combate y muere por su dignidad individual y colectiva, por eso que se llama “la libertad”; pero muriendo, obtiene la victoria. Goya lo expresó como nadie en sus “Mamelucos” y sus “Fusilamientos”. Nos acompañaron dos buenas reproducciones de esos cuadros en la lectura.

Hablamos también de esta valiosísima lección política sobre el populacho tan de actualidad en nuestros días y en las calles de nuestra ciudad. De nuestra ciudad en el inmediato pasado (hace sólo 75 años…) y en el más rabioso presente (ahora mismo…).

Uno de ellos, joven viajado, buen observador,  observó que España empezaría a civilizarse cuando la plaza madrileña del “2 de Mayo”, en Malasaña, recibiera igual trato diario que la londinense de “Trafalgar Square”.

 

Bien. Para que el lector no piense que me ido por los cerros de Úbeda. Somos riojanos sus padres, ellos y yo. Por los capítulos VIII y XI transita un poetastro calagurritano que en el capítulo II de La Corte de Carlos IV acaudillaba a los que querían reventar el estreno de El Sí de las Niñas de Moratín. No siempre los riojanos estamos bien representados en los sitios y en los momentos convenientes. No dejamos pasar el detalle inadvertido.

 

 

 

Anexo:

 

Galdós distingue muy bien un motín protagonizado por el populacho de una Revolución protagonizada por El Pueblo Soberano.

Transcribo y opongo los finales del capítulo XIII y el comienzo del capítulo XXVI como muestra.

 

 

El motín. Final del capítulo XIII.

 

“Aquel fue el primer motín que he presenciado en mi vida, y a pesar de mis pocos años entonces, tengo la satisfacción de no haber simpatizado con él. Después he visto muchos, casi todos puestos en ejecución con los mismos elementos que aquel famosísimo, primera página del libro de nuestros trastornos contemporáneos; y es preciso confesar que sin estos divertimientos periódicos, que cuestan mucha sangre y no poco dinero, la historia moderna de la heroica España sería esencialmente fastidiosa.

Pasan años y más años: las revoluciones se suceden, hechas en comandita por los grandes hombres, y por el vulgo, sin que todo lo demás que existe en medio de estas dos extremidades se tome el trabajo de hacer sentir su existencia. Así lo digo yo hoy, a los ochenta y dos años de mi edad, a varios amigos que nos reunimos en el café de Pombo, y oigo con satisfacción que ellos piensan lo mismo que yo, don Antero, progresista blindado, cuenta la picardía de O'Donnell el 56; D. Buenaventura Luchana, progresista fósil, hace depender todos los males de España de la caída de Espartero el 43; D. Aniceto Burguillos, que fue de la Guardia Real en tiempo de María Cristina, se lamenta de la caída del Estatuto.

 Reúnense junto a nuestra mesa algunos jóvenes estudiantes, varios capitanes y tenientes de infantería, y no pocos parásitos de esos que pueblan los cafés, probándonos que son tan pesados de pretendientes como de cesantes. Todos nos ruegan que les contemos algo de las felicidades pasadas para edificación de la edad presente, y sin hacerse de rogar cuenta D. Antero la del 56, D. Buenaventura se conmueve un poco y relata la del 43, D. Aniceto da doce puñetazos sobre la mesa, mientras narra la del 36, y yo mojando un terroncito de azúcar y chupándomelo después, les digo con este tonillo zumbón que no puedo remediar:

 «Vds. han visto muchas cosas buenas; ustedes han visto la de los grandes militares, la de los grandes civiles y la de los sargentos; pero no han visto la de los lacayos y cocheros, que fue la primera, la primerita y sin disputa la más salada de todas».

 

 

La Revolución. Comienzo del capítulo XXVI.

 

“Durante nuestra conversación advertí que la multitud aumentaba, apretándose más. Componíanla personas de ambos sexos y de todas las clases de la sociedad, espontáneamente venidas por uno de esos llamamientos morales, íntimos, misteriosos, informulados, que no parten de ninguna voz oficial, y resuenan de improviso en los oídos de un pueblo entero, hablándole el balbuciente lenguaje de la inspiración.

La campana de ese arrebato glorioso no suena sino cuando son muchos los corazones dispuestos a palpitar en concordancia con su anhelante ritmo, y raras veces presenta la historia ejemplos como aquel, porque el sentimiento patrio no hace milagros sino cuando es una condensación colosal, una unidad sin discrepancias de ningún género, y por lo tanto una fuerza irresistible y superior a cuantos obstáculos pueden oponerle los recursos materiales, el genio militar y la muchedumbre de enemigos.

El más poderoso genio de la guerra es la conciencia nacional, y la disciplina que da más cohesión el patriotismo.”

 

 

 
 

 

Francisco de Goya  (1746 - 1828)

Mujeres rezando [ 1812 ]

Pierre Gassier incluye este dibujo de Goya en el «Álbum F» que denomina también «Álbum en sepia», sin leyendas.

La característica común de todos los dibujos de este álbum es que han sido realizados a pincel con una aguada sepia, que varía en densidad según las obras, y carecen de leyenda en la mayoría de los casos.

El papel y la tinta no poseen la calidad de los utilizados por Goya en otros álbumes, probablemente debido a la escasez originada por la guerra. En estos dibujos emplea tinta de escribir con la que logra claroscuros que acentúan las composiciones, basadas en la observación de la realidad cotidiana.

El tema representado ha tenido varias interpretaciones. Barcia (1906) lo tituló Mujeres en la iglesia. Las describía tocadas con mantillas blancas y negras.

Debido al deficiente estado de conservación del dibujo y con motivo de la exposición realizada en la Biblioteca Nacional en 1946, se restauró, descubriéndose una luna que iluminaba la composición y explicaba el juego de luces y sombras sobre las figuras que acentúan su dramatismo. La luna aparecía oculta por un papel recortado, teñido con una aguada densa sepia y pegado sobre su silueta. Actualmente se cree que representa a un grupo de mujeres que rezan ante una tumba o en un cementerio, a la luz de la luna. No lleva la numeración habitual a pincel y tinta sepia.

 

(Texto e imágenes, Biblioteca Digital Hispánica, de la BNE)

 
 
 
 

 

 

ENSEÑANDO A LEER.
Benito Pérez Galdós, El 19 de Marzo y el Dos de Mayo.

Esquema, resumen y comentario


 

Antonino m. pérez rodrÍguez