Camino de la Cueva, en Autol, se alzaba el castillo.

¡Cúantas haciendas poseía su dueño, el señor!

Si de todo se mostraba ufano, su predilección estaba en aquella viña cuyas cepas trajo de lejanas tierras.

Reyes, príncipes, señores se regalaban con el fruto que su dueño, celoso, guardaba en sus bodegas.

Más de la viña preferida faltan los ricos frutos. Se extrema la vigilancia y aquella noche, tras el toque de queda, los que velan han visto:

Un hombre y una mujer amparados por la oscuridad se llevan las uvas en grandes cestos.

Y viene el interrogatorio, al que ellos altivos contestan:

«Que Dios nos vuelva piedras, si son uvas las que ocultamos».

Y la maldición se cumplió.

Allí están como dos enormes monolitos, formando extraña pareja junto al castillo tan ruinoso ya  el Picuezo y la Picueza.

YRAVEDRA / RUBIO

 

AUTOL

Con más de 4.000 habitantes, es el mayor núcleo de población de La Rioja después de las cabeceras de comarca. Situado a 458 metros sobre el nivel del mar, está bañado por la margen izquierda del río Cidacos, que choca aquí con la punta septentrional de la Sierra de Yerga, obligando al río a describir un amplio meandro alrededor del casco urbano de Autol.

Fruto de este encuentro, han surgido en la ribera del río dos formaciones geológicas de piedra arenisca erosionadas en la antigüedad por el río, y actualmente por el viento. Se les conoce con el nombre de Picuezo al más alto (42 metros) y Picueza a su compañera (28 metros). Multitud de leyendas han surgido alrededor de su formación pero todas coinciden en un robo, una mentira y su posterior conversión en piedra por jurar ante Dios y querer mantener su engaño.

Aparte de un recorrido cerca del singular paisaje que forman las dos moles rocosas, merece la pena visitar el casco viejo, con vestigios de su antiguo urbanismo árabe, sus casas blasonadas de los siglos XVII y XVIII, y sus edificios religiosos, entre los que destaca la Iglesia Parroquial de San Adrián, que comenzó a construirse en el siglo XVI. El edificio es de ladrillo y mampostería con adornos de estilo mudéjar sobre la portada, inspirada en un arco de triunfo. En su interior destacan los retablos barrocos de las capillas del Rosario y del Santo Cristo, la Virgen románica de Yerga y la sacristía, una de las mayores de La Rioja, con cajoneras de nogal que albergan un mundo de objetos religiosos y relativos al culto guardados celosa y ordenadamente

 

 
   
 
 
 

farallón sobre el que se asienta el castillo de Autol; a sus pies discurre el río Cidacos

 
 
 

 

 

EL PICUEZO Y LA PICUEZA  
 

Luisa YRAVEDRA
ESPERANZA RUBIO

 Leyendas y tradiciones de La Rioja, IER, 1980, pp. 60-61