Es bien sabido que los manuscritos originales de los poemas de Berceo desaparecieron hace tiempo, y hoy no nos quedan para estudiarlos más que algunas copias, modernas en su mayor parte. Estas copias se conservan casi todas en el archivo de Santo Domingo de Silos; y como algunas no han sido todavía minuciosamente examinadas y otras son completamente desconocidas, me ha parecido que sería útil, para los amigos del poeta riojano y para los que se ocupan en la edición de sus obras, escribir estas páginas sobre ellas. Nos encontramos en primer lugar con la Vida de Santo Domingo, que se encuentra en un mismo códice con los Miraculos romanzados de Pero Marín y la Vida latina de Grimaldo. De este manuscrito hablan los antiguos catálogos de la abadía, y creíase ya perdido, cuando hace unos años fué hallado ocasionalmente en un desván de un pueblecito cercano. Tiene extraordinaria importancia porque se remonta al siglo xiii y es acaso contemporáneo del autor. Su descripción la hizo ya el P. Alfonso Andrés1; que prepara actualmente una edición paleográfíca; por lo cual no descenderemos a dar más minuciosos detalles sobre él. También se tenía por perdida la copia, que en el siglo xvíii pertenecía al Rmo. P. Ibarreta, monje de Silos, y de la cual se sirvió Sánchez para su edición de los poemas berceanos2. Últimamente los monjes de Silos la han dado a conocer poniéndola en manos del Sr. Solalinde, que sé ha servido de ella para su edición de los Milagros de Nuestra Señora3. Esta copia, de letra del siglo xviii, contiene todas las obras de Berceo, menos la Vida de Santa Domingo', y hoy por hoy tiene un valor innegable, pues, como dice el Sr. Solalinde, mientras no aparezcan los antiguos manuscritos, a ella, más que al texto de Sánchez, aunque sin despreciar éste, hemos de atenernos para toda edición moderna4. Añadiremos por nuestra parte, que aunque aparezca algún manuscrito antiguo, como de hecho han aparecido fragmentos después que se escribían esos lineas, la copia Ibarreta no perdería su valor, pues el que la sacó, paleógrafo experto, tuvo a su disposición varios códices, utilizando sobre todo el más antiguo. Conocemos esos códices, de los cuales se deriva, por una larga nota del P. Sarmiento5. En el archivo de San Millán (dice entre otras cosas) se conservan dos códices muy antiguos, uno en quarto y otro en folio : cada uno contiene las poesías de Berceo; pero el de folio, que es el menos antiguo, contiene la explicación de los voces más antiguas, que se hallan en el códice en quarto. Los fragmentos encontrados por C. Carroll Marden6 pertenecen al códice en folio, o sea al más moderno, que el ha llamado Ms. A. El examen de esas partes encontradas nos indica, que ese códice fué escrito en el siglo xiv. Del códice en quarto, es decir, del más antiguo, tal vez podemos ver un resto en la Vida de Santo Domingo que se conserva en el archivo silense. Como observa muy bien Marden, el códice en folio representa una castellanización del códice en cuarto, genuino representante de las peculiaridades del dialecto riojano. El autor de la copia del P. Ibarreta siguió de ordinario el códice más antiguo, pero en algunos poemas transcribió el manuscrito en folio, tal vez por estar el otro peor conservado. Esta copia se abre con la Vida de San Millán :
Al fin se leen estos versos :
Sigue la Vida de Santa Oria, y tras ella el epitafio en latín y en castellano, con este epígrafe:
El epitafio latino fué publicado por Sandoval7; el castellano, que es su traducción libre, le trae Sarmiento, afirmando que en San Millán se atribuía a Berceo, atribución que queda confirmada por su presencia en este códice8. "Viene a continuación la Vida de San Lorenzo, incompleta como en los libros impresos. Después de la estrofa 105, el copista puso esta nota:
Estas últimas palabras suponen figuraba al fin en la copia del P. Ibarreta, antes que se encuadernasen sus diversas partes hace algunos años. En su estado actual encontramos después el Sacrificio de la Misa con título moderno y el Duelo de la Virgen, que lleva este encabezamiento :
Aparecen después los tres himnos conocidos :
Tras estos himnos se encuentra otro en latín, o hablando más propiamente, dos prosas o secuencias unidas en una. Precede esta advertencia : Si cupis videre beatissimam virginem mariam in finem vite tue dic flexis genibus colidie istam oracionem : Ave maría. Deinde istam oracionem :
He querido transcribir completos estos versos latinos, porque, aunque corren impresos algunos textos semejantes, no son absolutamente idénticos. Hay en ellos reminicencias de otras composiciones del mismo género, que corrían fuera de España en los últimos tiempos de la edad media. El principio es idéntico a una secuencia de Adam de San Víctor9, pero al tercer verso se separa de ella, para acercarse más, sobre todo en la primera parte, a una prosa, que trae Mone en su gran colección de himnos medievales. Sin embargo el texto español representa una versión distinta10. También las estrofas dedicadas a Cristo eran en parte conocidas fuera de España, y consideradas como himno eucarístico11. Ahora bien, ¿porqué las encontramos entre las obras de Berceo juntamente con la secuencia mariana, que la precede? ¿Es acaso su autor el poeta riojano? Tal vez, y así parece haberlo creído el copista de sus obras, no sólo el del siglo xvm, sino también el del siglo xiii, pues, como lo indican las formas verbales, la ortografía y las abreviaturas, la copia del P. Ibarreta, en lo que se refiere a los himnos, procede del códice en quarto, es decir, del más antiguo. De todas maneras, se trata de una pieza curiosa, que tiene evidente relación con Berceo, indicándonos al menos un rasgo de su ingenua piedad. A continuación de los himnos vienen en la copia del P. Ibarreta los Loores de Nuestra Señora, Los signos que aparecerán antes del juicio, y los Milagros, sin que haya con respecto a ellos particularidad alguna que señalar. Pero en el archivo de Silos hallamos otras copias de varios poemas berceanos, hechas también en el siglo xviii. Carroll Marden ha señalado dos de la Historia de San Millán, indicando su relación con los antiguos manuscritos y aprovechando las variantes en su obra citada. Se encuentran en el volumen 36 de la documentación de la Congregación de Valladolid, folios 147-182. En los folios anteriores, desde el 130 al 146 hay copias de otros poemas, que nadie ha dado a conocer todavía. Encontramos primero los Loores de la Virgen, aunque incompletos, pues no aparecen más que las 156 primeras estrofas. El texto corresponde al del manuscrito del P. Ibarreta, si se exceptúan algunas distracciones, y ciertas variantes de poca monta, como el cambio de la i por y, de la m por n ante labial, de la z por ç y viceversa, así como de j por i en oveia, fiio, etc. Tanto la copia del P. Ibarreta como esta, se relacionan, directa o indirectamente con el códice en folio, que en el siglo xvIII había en el archivo de San Millán, y probablemente han sido sacadas del mismo manuscrito, como lo insinúan las dudas de ambos copistas, cuando el texto del original era confuso, y por los errores comunes. Así por ejemplo, en lo estrofa 84 d, repitiendo una falta del original, los dos leen : « Por mi mi murió en cabo... ». En la estrofa 116 a, los dos transcriben erróneamente respondían en vez de respondan; en 121 c Ibarreta trae en lo que digo, y esta nueva copia en lo quido, en vez de enloquido. Los mismos titubeos en la estrofa 35 d, y en la 93 c. En este último caso, el manuscrito de Ibarreta transcribe pactado, añadiendo al margen : también parece decir peccado. La copia del archivo de la Congregación de Valladolid dice pagado. En ambos copias hallamos de ordinario la terminación -ia por -ie en el imperfecto de indicativo, con dos excepciones, comunes, en las dos, en las coplas, 11 a y 38 b. Esto quita interés a esta nueva copia, pero, en cambio, se le dan y muy grande las correcciones de distinta mano que aparecen con frecuencia entre líneas o al margen. No sabríamos decir si el corrector utilizó para su tarea el códice más antiguo de San Millán, pero su lectura es casi siempre más aceptable. Vamos a reproducir aquí las principales variantes, llamando I al manuscrito de Ibarreta, V a este del archivo de la Congregación de Valladolid, y C a esta segunda copia corregida.
Como se ha podido ver, V se parece mucho a I, diferenciándose pocas veces, y casi siempre por haber interpretado mal el original. Es evidente que el copista de V era un mediano paleógrafo. G corrige las distracciones de V, y otras que son comunes a V y a I, perfeccionando por lo regular el texto y el ritmo. Si V en los Loores de la Virgen se relaciona con el códice en folio de San Millán, en el Martirio de San Lorenzo procede más bien del códice en quarto, o de otro perteneciente a la misma familia, y el mismo parentesco tiene también este poema en la copia de Ibarreta. Tal vez en él no llegó a realizarse la castellanización que sufrieron los poemas que se encontraban en el códice en folio. Así pues, I y V en el poema de San Lorenzo son hermanos, pero de una familia distinta que en el poema de los Loores. La forma del imperfecto es siempre -ie en ambos excepto una vez en V. Sin embargo, hay algunas variantes, por las cuales vemos, que si tienen una fuente común, no se encuentran ambos a la misma distancia de ella. Algunas de ellas son de interés e importa recogerlas aquí.
Esta copia de la Passión o Martirio de San Lorenzo, es del mismo puño y letra que la primera de la Vida de San Millan, que viene a continuación en este volumen 36 de la documentación de San Benito de Valladolid; y las dos formaban parte de una gran colección de cuadernos numerados, en la cual el cuaderno correspondiente al Martirio de San Lorenzo llevaba el número 553, y el de la Vida de San Millán el número 554. En esa colección debían figurar también El sacrificio de la Misa, Los Signos, Los Loores, y Los Himnos, puesto que al fin de esta copia de la Vida de San Millán leemos la nota siguiente : Demás de estas obras escribió Berceo la vida de Santo Domingo de Silos, ya impresa, y la historia de la traslación de Santa Sabina, Christeta y Vicente, que se entregó al monasterio de Arlanza, donde se puede buscar; la Vida de Santa Oria reclusa en San Millán, y otro largo tratado de Milagros de nuestra Señora, hechos en varias partes; y otro de Planctu Virginis. No deja de extrañarnos la noticia que aquí encontramos sobre un nuevo poema referente a los santos Vicente, Sabina y Cristeta, cuyas reliquias fueron depositadas en San Pedro de Arlanza por el rey Fernando I. Ya Nicolás Antonio había hablado de él15, pero rebatióle Sarmiento, alegando que esa obra no se encontraba en los códices emilianenses16. El hecho de que se entregase a Arlanza, como dice el anotador, añadiendo, que allí se podía buscar, es de una gran precisión y nos da que pensar. Tal vez se trata aquí confusamente de las catorce estrofas, 262-276, de la Vida de Santo Domingo, en que Berceo recordó la translación de aquellos santos mártires, pero esas estrofas no forman un cuaderno, ni siquiera un folio, que se pueda desmembrar fácilmente de un códice. Además, según parece en el siglo xviii, solo en Arlanza podía encontrarse ese poema.
NOTAS
1. Notable manuscrito de los tres primeros hagiógrafos de Santo Domingo de Silos, Bol. R. Acad. Españ., 1917,IV, 173-194; 445-453. 2. Sánchez habla de esta copia en su Colección de poesías castellanas anteriores al siglo XV, tomo I (Madrid, 1739), p. 121. 3. Berceo, I, Milagros de Nuestra Señora (Clásicos Castellanos). Madrid, Ediciones de « La Lectura», 1923, Edición y notas de A. G. Solalinde. 4. A. G. Solalinde, op. cit. 5. Obras postumas del Rmo. P. Fr. Martín Sarmiento, Benedictino. Tomo II : Memorias para la historia de la poesía y poetas españoles, Madrid, 1775. 6. Cuatro poemas de Berceo (Milagros de la iglesia robada y de Teófilo, y Vidas de Santa Oria y de San Millan), Nuevo manuscrito de la Real Academia española. Revista de Filología Española, Anejo IX. Edición de C. Carroll Marden, Madrid, 1928. 7. Primera parte de las Fundaciones de los monasterios del glorioso Padre San Benito (Madrid, 1601) San Millan, fol. 60 v. 8. Sarmiento, Obras postumas..., t. I, C. Carroll Marden, op. cit., p. 19. 9. L. Gautier, Oeuvres poétiques d'Adam de S. Víctor (París, 1859), II, 189. 10. Mone. Latein. Hymnen d. Mitt., II, 307. 11. Daniel, Thesaurus hymnologieus, t. II, 307. 12. Al margen se lee : «Jesús y su vando». 13. El copista de V ha leído repetitas veces d por cl, y así transcribe también damada por clamada, daredat por claredat. 14. El copista de I no ha acertado a leer el original; los textos impresos transcriben pesar; en V se lee claramente vexar. 15. Bibl. His. Nova, nº 573. 16. Obras Póstumas, Memorias..., t. I.
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