LOS BALBASES. Fotografía de Juanm. Baena. Hacer clic sobre la imagen para conocer más datos sobre la iglesia

 
 

 


        
Desde su emplazamiento en el retablo mayor de la iglesia de San Millán de la localidad burgalesa de Los Balbases, seis tablas pintadas nos ilustran en torno a algunos pasajes de la vida de este santo riojano. Se trata de parte de la obra pictórica con la que el maestro Alonso de Sedano contribuyó, a principios del siglo XVI, a la definición del primitivo retablo mayor, sustituido en el siglo XVIII por el que hoy puede contemplarse en el presbiterio de dicho templo. Para hacer frente al encargo, Sedano debió de conocer ciertas fuentes bibliográficas de las que extrajo los detalles con los que compuso las escenas, la principal, la Estoria del Sennor Sant Millan, escrita en el siglo XIII por Gonzalo de Berceo.

En la obra de Berceo destacan las traducciones del latín de ciertas biografías de santos adaptadas directamente a la lírica del momento. Habiendo obtenido el cargo de notario eclesiástico del monasterio de San Millán de la Cogolla, el vate se ocupó de trasladar a versos alejandrinos el relato hagiográfico de la vida de san Millán, partiendo de aquel que el obispo Braulio de Zaragoza (c. 590-651) había escrito, bajo el título Vita Aemiliani, pocas décadas después de la muerte del santo eremita.

Las tablas ilustran seis episodios de la vida del santo que podemos secuenciar conforme al orden de las estrofas que de ellos se ocupan:
 

Durmió quanto Dios quiso suenno dulz e temprado,

Mientre iacie dormiendo fue de Dios aspirado,

Quando abrió los oios despertó maestrado,

Por partirse del mundo oblidó el ganado.

 

 

La primera escena relata gráficamente la conversión de san Millán, tal como se ve en la página. En ella el santo aparece representado como pastor, su ganado al fondo, sus perros en primer término y en el suelo abandonado el instrumento gracias al cual, mientras tocaba, se mantenía despierto

     Por uso una citara* traye siempre consigo

* el artista se ha tomado la licencia de representar una vihuela con su arco en lugar de la cítara que describen las fuentes.

 

 § 2. DE CÓMO SE FUE EN BUSCA DE CIERTO MONJE
       QUE ESTABA EN EL CASTILLO  BILIBIENSE 

     Por fama que había, supo de cierto monje llamado Felices, varón santísimo, de quien ventajosamente podía ser discípulo, y que moraba entonces en el castillo de Bilibio. Poniéndose en camino, llegó a él, y sujetándose con ánimo resuelto bajo su disciplina, aprendió de qué manera podía dirigirse con paso firme al reino de los cielos. Esto me parece que es una lección para nosotros, a fin de que sepamos que ninguno sin maestro puede caminar rectamente a la vida bienaventurada. No lo hizo este varón, ni Cristo instruyó por sí mismo a San Pablo, ni  quiso el poder divino que Samuel prescindiera de ello; pues a este Santo le mandó que fuese al ermitaño, y mandó que Pablo fuese a Ananías y Samuel a Helí, aunque ya el mismo Señor se había manifestado a ellos por medio de milagros y de palabras.

 


          Tomada como consecuencia de la intervención divina, la decisión de retirarse del mundo, Millán irá en busca del anacoreta Felices, quien habitaba en los Riscos de Bilibio, cerca de Haro, al que se unirá como discípulo. Al fondo de la escena un espléndido castillo señorial (sorprendente su parecido con el Alcázar de Segovia) representa el Castellum Bilibium antiguo castro romano que a partir del siglo V fue ocupado para la vida contemplativa por san Felices y sus seguidores (Entró en el castiello, falló al castellero, Al varon benedito, al feliz caballero,...)

Fizo muchos ensayos la bestia maleita

Por estorbar la vida del sancto eremita,

Mas la virtut de Dios sancta e benedicta

Guardólo commo guarda omne a su ninnita.

 

 

 

 

La segunda de las escenas hace referencia a las Tentaciones a que fue sometido el santo durante sus largos años de vida eremítica. Como es habitual en esta clase de relatos hagiográficos el demonio se empleó en numerosas ocasiones tratando de apartar al santo del camino señalado por Dios. Vemos en ella cómo el artista acude al repertorio usual de seres fantásticos y monstruosos que pese a su amenazante desenfreno gestual no consiguen perturbar la serenidad del anacoreta.
 

Metíe doctrina sana entre la clereçia,

Ca tales avie dellos que trayen folia,

Con legos e con clerigos lazdraba cada día,

Contendía por levarlos todos a meioria.

 

 

§ 4. DE CÓMO SE FUE AL YERMO 
 
     Caminó al sitio más elevado, dirigiendo alegre sus pasos por terrenos escabrosos. El espíritu estaba pronto; de modo que, no solamente con el corazón, sino también con el cuerpo, caminando por el valle de las lágrimas de virtud en virtud, pareciese que subía de alguna manera la escala de Jacob. y cuando llegó a lo más apartado y escondido del monte Distercio, y estuvo tan próximo a la cumbre cuanto lo permitían la temperatura y los bosques, hecho huésped de los collados, privado de la compañía de los hombres, solamente disfrutaba de los consuelos de los ángeles, habitando alli casi por espacio de cuarenta años. Las luchas visibles e invisibles, las varias y arteras tentaciones, y las asechanzas que de parte del antiguo engañador de las almas allí sufriera, sólo pueden conocerlo bien aquellos que, consagrándose a la virtud, las experimentan en si mismos.
 

 

Andando el tiempo Millán entró de racionero en la iglesia de Santa Eulalia de Berceo

 

 

 

 

 

 

donde se aprestó a emplear la sabiduría obtenida, en el adoctrinamiento de los parroquianos a los que vemos exhorta desde el pulpito en la tercera de estas tablas: Predicación de san Millán en Berceo.

 

 

 

 

 

§ 5. QUE EL OBISPO DIDIMO LE CONFIRIÓ EL CUIDADO DE UNA IGLESIA
 
     Como también llegase esto a noticia de Dídimo, obispo entonces de Tarazona, acósale queriendo conferirle las sagradas órdenes, porque estaba en terreno de su jurisdicción. Desde luego le pareció a Millán cosa dura y grave el huir y oponerse, como duro y grave le parecía el que de su soledad, que era para él un cielo, le volviesen al mundo. Finalmente: creíase menos hábil  para ejercer el pesado oficio de sacerdote, y pasar de la vida contemplativa a la activa ; pero, después de todo, a pesar suyo, fue obligado a obedecer, por lo cual se le confirió el cargo de cura de la iglesia de Berceo.

 


La introducción de elementos arquitectónicos de filiación italiana tan característica de la producción de este artista, le permite incluir dos escenas en una, recurso narrativo de tradición medieval beneficiado aquí paradójicamente por el empleo de la perspectiva a la manera renacentista. Este contraste es muy significativo del momento artístico en el que se enmarca la obra de Sedano, en el que la tradición pictórica hispano-flamenca se presenta permeable a la creciente influencia mediterránea.

Otras dos tablas relatan sendos milagros atribuidos al santo:

 

 

 

 

 

Milagro de la resurrección de una niña

 

 

 

 

 

 

§ 10. DE OTRA MUJER COJA

     También le suplicaron que curase a otra mujer del mismo territorio, a quien traían y llevaban en un carro, porque, como hacía largo tiempo que estaba coja, no podía servirse de los pies. Era esto en los días de la Cuaresma, y por reverencia a este tiempo no quería el Santo ver a la enferma; pues en tales días recogíase a su celdita y no acostumbraba a ver a nadie, sino a uno de los suyos, que le llevaba un pobre y muy escaso alimento con que sustentar la vida. Pues, como he dicho, no queriendo verla, insta ella ardientemente que, al menos, le permita besar su báculo; y escuchando esto apiadado el varón de Dios, al punto lo dirigió hacia donde estaba la mujer, quien, viendo que se le dirigía, lo veneró y lo besó. Afirmados y consolidados sus pies, se levantó sana y, agradecida por el don divino, marchó al instante gozosa.  

 

 

 

 

 

 

 

Milagro de la jarra de vino

 

 

 

 

§ 21.  DE CÓMO CON UN POCO DE VINO SACIÓ A MULTITUD DE GENTE

 

     Acaeció reunirse concurso de pueblo en ocasión en que el varón bienaventurado tenía muy poco vino: mas como los que buscan al Señor no carecerán de nada, cuentan que con un sextario de vino sació abundantemente a una gran muchedumbre de personas. y confiesan que otra vez sucedió un caso aún más portentoso, concediéndolo nuestro Señor Jesucristo.
 

 

Por último, la sexta de las escenas describe la Muerte de san Millán cerrándose así el ciclo pictórico dedicado al santo, que debió compartir advocación en el retablo con la Virgen María, de la que subsisten las escenas de La Anunciación y La Natividad.

 

 

 

 

 

Muerte de San Millán

 

 

 

§ 27. DE SU MUERTE Y ENTIERRO

     Acercándose la hora de su muerte, llamó al santísimo Aselo, presbítero, con quien vivía en compañía, y en su presencia aquella alma felicísima, libre del cuerpo, fue al cielo. Entonces, por diligencia de aquel beatísimo varón, llevado su cuerpo con mucho acompañamiento de religiosos, fue depositado en su oratorio, donde está. 

     Adiós, adiós, bienaventurado Emiliano: libre ya del trabajo de los mortales, goza de tu bienaventuranza en compañía de los Santos ; y acordándote de tu biógrafo, el inútil Braulio, socórreme, alcanzando que por tu medio consiga el perdón, yo que no puedo huir de mis pecados propios, y págame en esto lo que por ti he hecho: que sean oídos mis ruegos por la intercesión de aquel cuyas virtudes he descrito, y en el último juicio sea hallado digno con aquellos a quienes, aunque indigno, presido en mi cargo pastoral. 

     Siento tener que dar fin a este librito; mas ya que hemos hablado de los milagros que el Santo obró en vida, ¿por qué no decir algo de los que obró después de su muerte ? Aduciré dos o tres que nos han sido referidos por testimonio de otros, y que para hacerlos más creibles constan en escritura autorizada.    

 

 

El retablo de San Millán de Los Balbases fue restaurado por la Fundación del Patrimonio Histórico de Castilla y León entre los años 2001 y 2003. La intervención permitió recuperar un importante conjunto de pintura hispano-flamenca sobre tabla de principios del siglo XVI. Al mismo tiempo se solventaron los problemas estructurales de la arquitectura del retablo que las soporta, cuya policromía también fue objeto de tratamiento de conservación, limpieza y reintegración.
                     Información para visitas en el Ayuntamiento de Los Balbases (Burgos), tel.: 947 16 55 01.

 

 

 
 

 

 

VIDA Y MILAGROS:
HISTORIA GRÁFICA DEL SEÑOR SAN MILLÁN
 

Patrimonio, Nro. 36,1er. trimestre 2009, pp. 12-19