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El adjetivo sandío, aunque poco utilizado en el castellano, llama la atención por ser uno de los casos de difícil resolución etimológica. Registradas las formas antiguas sendío (Berceo, Milagros de Nuestra Señora, 646b, 766a y Libro de Alexandre, ms. arag. 1270b) y sandío (Ia doc. 1240 Fuerzo Juzgo, mucho más documentada que la anterior, que queda reducida a los casos expuestos)2, obliga a justificar por un lado el paso de e a a y por otro el cambio de sílaba acentuada que presenta la forma moderna 3.

Corominas, aun y afirmando que "es deformación moderna y arbitraria", intenta explicar el desplazamiento del acento diciendo que "actuaron de modelo los sinónimos necio y zafio, y el antónimo sabio", después que la continuidad de uso del adjetivo se viera interrumpida a fines del siglo XV y volviera a divulgarse entre los cultos a partir de su aparición en el Quijote. En cuanto al cambio vocálico, Corominas no concede demasiada importancia a la forma sendío, quizá por su escasa presencia documental, y se centra principalmente en sandío, que relaciona con el gallego-portugués sandeu 4, calificativo muy frecuente en la lírica de los trovadores gallego-portugueses para describir al enamorado en su estado de enajenación como efecto del amor . La coincidencia de la sílaba san- en las dos formas inclina a este autor hacia un étimo que se ajuste sin forzar demasiado los cambios fonéticos vocálicos, proponiendo el origen SANCTE DEUS que en su día ya había sugerido Diez, pero que no fue aceptado por muchos estudiosos 6.

En realidad, esta etimología es la que mejor se adapta a la forma sandeu y, al aceptarla, Corominas se inclina, aun sin manifestarlo de manera explícita, por el origen gallego-portugués del término.
Indudablemente, puede ser muy tentador un étimo que ofrece pocos problemas fonéticos, pero creo que de cualquier modo quedan muchos aspectos por resolver: la alternancia -e- /-a- de la primera sílaba, el morfema -eu / -ío de la segunda, la forma del femenino sandía, que se acentuaba en la -i- tanto en gallego-portugués como en castellano, la cualidad de la vocal e en la forma sandeu y los derivados que alternan también -i- / -e- (sandice/sandece del gallego-portugués, sandez del castellano).

Por otro lado, Corominas rechaza de manera tajante la etimología, propuesta por Sainéan y Spitzer y aceptada por Meyer-Lübke7, que identifica sandío con el castellano sandía (nombre de la fruta), esgrimiendo para ello argumentos de orden estilístico, pero que tienden, una vez más, a justificar un origen gallego-portugués 8.

Sandía, como nombre de fruta, procede, según el mismo Corominas, del árabe batîtha sindîia, con el significado 'badea del país de Sind'. Sind deriva del sánscrito sindhu. En árabe, los antiguos geógrafos denominaban Sind a la comarca del Indo y Mihran, y Hind a la India no islamizada. Esta comarca se encuentra en la parte musulmana de la India que hoy pertenece al Pakistán, comprende una de las zonas más cálidas del mundo y en las llanuras del Indo se extienden los cultivos de regadío comparables con las del Nilo.
La etimología batîha sindîia parece aceptada por la mayoría y justifica los diferentes términos románicos utilizados, ya que unos derivan del sustantivo: El castellano badea 'sandía o melón de mala calidad', y (quizás a través de un ensordecimiento de la bilabial inicial como interpretación de la fonética árabe) el francés pastéque ('sandía', antiguamente patéque), el italiano pastecca, el portugués pateca, castellano y catalán pasteca ("especie de politja i especie de meló que dona nom a la politja per comparado de forma", Diccionari etimologic i complementan de la Llengua Catalana, VI, 331, 56), provenzal pastéco. También el castellano albudeca 'sandía de mala calidad', provenzal aubieco, francés antiguo bousacle ('sorte de légume' Godefroy, I, 708), pasando estos últimos por su diminutivo al-buttaikha con o sin artículo. Otros proceden del gentilicio: catalán síndria y castellano sandía. Estas dos últimas formas presentan, como se observa, diferencias en cuanto a la acentuación, a la vocal de la sílaba inicial y al consonantismo. Según Corominas 9, el árabe vulgar síndia justifica la forma del catalán síndria (también xindri, cíndria, šíndris), forma que recibe una -r- por influencia de cidra o cidria, del latín CITRA, fruto del CTTREUS 10. La forma del castellano procedería del femenino clásico sindîya 11, pasando por una transformación vocálica tal vez extendida en determinados dialectos árabes hispánicos, a juzgar por la información que proporciona F. Corriente en su A grammatical sketch of the Spanish arabic Dialect Bundle12 y por una anormal conservación de la s- inicial, frente a la z- o ç- que esperaríamos encontrar y que confirman las formas zandía que figura en el Dicc, de Autoridades y acendria, que introduce Eguilaz 13 para el castellano antiguo y el gallego, pero que no he podido documentar.

Corominas considera que esta etimología es indefendible: ..."la sandía era fruto importado de la India, que es dudoso se conociera ya en el Norte de España a principios del siglo XIII; además, el nombre sandía no se ha conocido en Portugal (donde dicen melancia), y sobre todo la forma portuguesa sandeu se opone a esta etimología rotundamente"...14

Los argumentos utilizados pueden ser analizados desde otras perspectivas: Al parecer, el cultivo de la sandía estaba ya muy extendido en el Sur de España en el siglo XII 15. Por otro lado, el hecho de que en Portugal no se conozca este nombre o que la forma sandeu no encaje con la etimología, es un argumento válido sólo si pensamos que el término fue creado en portugués, pero nada permite asegurar que el proceso haya sido éste. ¿Por qué no inclinarnos por una etimología femenina tomada metafóricamente sobre la palabra que denomina al fruto y, a partir de ella, la creación del masculino castellano y el portugués, cada uno con los morfemas correspondientes? En este caso tendríamos que considerar la posibilidad de una metáfora del mismo tipo que la que se acepta para el francés fou, el catalán foll, occitano fol, italiano folle 16. No parece muy extraña esta hipótesis si comparamos estos términos con otros que se usan en diferentes lenguas románicas para expresar el mismo concepto u otros muy cercanos: el castellano loco, portugués louco 11, el francés, occitano y catalán fat (de FATUUS 18), el francés sot, castellano zote, italiano zotico (del latín medieval SOTTUS 19), el catalán boig 20, catalán orat, provenzal aurat , o tantos otros términos románicos que, con distintos matices, son utilizados para describir figuradamente un estado de enajenación o simpleza en grados diversos. Esta posibilidad no se aleja mucho de la realidad: el DECLC, citando el Diccionari Cátala, Valencia, Balear de M. A. Alcover y F. de B. Molí, afirma que el término síndria se usa popularmente en Menorca para designar la cabeza y supone derivado de esta acepción el nombre *xandrí, que en locuciones del tipo cada u fa's seu xandrí sería equivalente al francés n'en faire qu'á sa tete 22.

La sandía pertenece al grupo de las cucurbitáceas, al igual que el melón (cucumis meló), el pepino (cucumis sativus), el calabacín (cucúrbita pepo)... Es una gran familia de unas setecientas especies denominadas cucumis, lagenaria, citrullus y cucurbitas que se distribuyen normalmente en los países cálidos. Al parecer, las tres primeras son generalmente oriundas de Asia y África mientras que las últimas suelen proceder de América 23. A la sandía se la conoce como citrullus lanatus, pero popularmente recibe muchos nombres ("...la major part del valencians en diuen melons d'Alger, cosa que tinc ben confirmada de l'Horta i la Ribera al menys; en el Baix Cinca, altra zona de conreu intens del fruit, son melónz de moro; Massalcoreig (1935) on els melóns els designen com a melons de krestiá..." DECLC, VII, 929, 35-45), a ello habría que añadir las formas más corrientes y extendidas como melón de agua (méla d'ajgua a Maella i Calaceit), perífrasis con que se designa también la fruta en inglés, en francés y en el castellano de algunas zonas de Sudamérica. Parece evidente que de estas formas se pueden sacar algunas conclusiones, dos cucurbitáceas, melón y sandía, el primero con nombre latino melo-onis, la segunda con nombre árabe, delatan tal vez un cultivo más remoto en el caso del melón (el nombre latino deriva del griego μελοπεπυν y más reciente (¿introducido tal vez por los árabes?) en el caso de la sandía; de ahí que uno sea meló de crestiá y otro meló de moro y que siempre el elemento de referencia sea el melón (de agua, de moro...) cuando se trata de dar nombre a la sandía, lo cual parece indicar que era conocido con anterioridad.
Otra cucurbitácea, la calabaza, se conoce como CUCURBITA PEPO o CUCUMIS CITRULLUS, según la clase. La denominación científica coincide con el término del francés antiguo citrole (a partir del siglo XVI citrouille), posiblemente del latín CiTRIUM en diminutivo, por analogía del color. Estos términos se utilizan figuradamente y popularmente para dar nombre a la cabeza. Este uso en sentido figurado está muy extendido, tanto para la calabaza como para el melón. También se califica de calabaza, en el lenguaje familiar, a una persona inepta e ignorante. De la misma manera, el término del castellano badea 'sandía o melón de mala calidad', del árabe batîha, se usa figuradamente para denominar una cosa sin substancia o una persona floja. No olvidemos la etimología que para sandía hemos dado un poco más arriba, y que el término del francés pastéque, el portugués pateca y el castellano albudeca, se justifican a través del árabe batíha o al-butíha. Si badea se utiliza metafóricamente, igual que calabaza, para designar una persona ignorante o inepta y si la sandía se ha podido confundir de alguna manera con la cidra, a juzgar por la etimología del catalán síndria y por la denominación botánica de ambas, ¿por qué no pensar que sandía puede haberse utilizado figuradamente, al igual que ésta, el melón, la badea y la calabaza, para designar la cabeza, y de ahí pasar a calificar a un loco o un necio? 24.

La forma masculina en -eu del gallego-portugués no parece presentar ningún problema si pensamos que se pudo haber formado sobre el femenino sandía, con un sufijo habitual en este tipo de adjetivos (el mismo DCECH, 150, 5-10, cita la formación de judeu/judía entre otros).
En cambio, sí resulta difícil de justificar la -e- cerrada de sandeu en portugués antiguo, como resultado de la E breve de DEUS: Todas las palabras que riman con sandeu llevan e cerrada y Nobiling 25 ya presentó este argumento como una objeción importante a la etimología propuesta por Diez. Ésta es una cuestión sin resolver para aquéllos que defienden este étimo y obligó a Corominas a dejar la etimología SANCTE DEUS "como dudosa" ya que la explicación de la metafonía de la -U en portugués como generalizadora del timbre cerrado en la e tónica no sirve pues ésta no parece haberse producido todavía en el siglo XIII 26.

De todo lo dicho hasta aquí es fácil concluir que estamos ante un término lleno de problemas y de difícil justificación. Parece probable que sandío pueda ser un eufemismo, cosa muy explicable si pensamos en el concepto que expresa y en los ejemplos de las voces que en distintas lenguas hemos presentado. Si aceptamos el étimo sandía, habría que replantear el origen portugués y considerar la posibilidad de que el masculino hubiese sido creado sobre la voz femenina; en este caso el cambio semántico podría haberse producido a través de la sustitución metafórica de cabeza.
Además de SINE DEUS, SANCTE DEUS y sandía, otras etimologías fueron propuestas con anterioridad: Eguilaz 27 hacía derivar el término del árabe sindí 'mimo', 'juglar', sin citar su fuente de información. Algunos años más tarde, Dozy publicaba su Supplément 28 en el que se encuentra la voz sindí: 'musicien', 'ménestrel', 'jongleur' y una referencia bibliográfica (Bat, IV, 412) que, una vez descifrada, nos conduce hacia Ibn Battûta, escritor marroquí, nacido en 1304 y autor de un libro de viajes en el que se puede leer: "...Ensuite viennent les enfants, ou jeunes gens, les disciples de Doûghâ; ils jouent, sautent en l'air et font la roue á la façón des natifs du Sind..."29 ¿Es posible, entonces, que sindí sea un gentilicio transformado en calificativo de un determinado tipo de juglar y que de ahí haya pasado a designar al loco? Evidentemente esta hipótesis necesita encontrar unos canales de comunicación que justifiquen el paso hasta los romances castellano y portugués y, por otro lado, una explicación fonética válida para las formas masculinas y femeninas de ambos.
La etimología SANCTE DEUS, con sus problemas fonéticos, puede encontrar apoyo en el uso de otras formas metafóricas parecidas, como por ejemplo el mallorquín beneit por boig 30; lo mismo ocurre con la etimología sandía, ambas son difíciles de explicar y justificar.
Los textos en los que el término aparece pueden ayudarnos de alguna manera 31. Entre ellos, creo que debemos destacar las dos ocasiones en que lo utiliza Berceo, siempre con -e- y junto a loco, una vez con conjunción copulativa y otra sin ella, como calificativo:

Entiendo que me tienes por loco e sendío 32
Maguer la denegué como loco sendío 33

Ya hemos hablado un poco más arriba de la posibilidad de encontrar formas con -e- partiendo de una -i- en árabe. En cuanto al significado de sendío en estos textos, creo que no es el de 'loco' sino el de 'necio' / 'imprudente', de ahí que aparezca en una serie acumulada, marcando una pequeña diferencia de matiz o calificando a loco.

En los textos de los trovadores gallego-portugueses la presencia de sandeu o sus derivados es mucho más numerosa : Afonso Méndez de Besteyros (7,1), Afonso Paez de Braga (8,3), Roy Fernandiz (143,9), Don Men Rodrigues de Briteyros (100,3), Estevam Fernandez d'Elvas (33,3,4 y 6), Joam Garcia de Guilhade (70,4,11,25), Joan Garcia (69,1), Rodrigu'Eanes d'Alvares (139,1), Gonçal Eanes do Vinhal (60,8), Afonso Gómez (5,1), Martim Moxa (94,8), Pero Garcia Burgalés (125,20), Pedr'Amigo de Sevilla (116,8,27), Estevan da Guarda (30,9), Gil Pérez Conde (56,10), Joan Soárez Coelho (79,35), Pero Viviaez (136,6), Joan Baveca (64,22), Pero d'Ambroa (126,14), Pero de Veer (123,3), Pero Meogo (134,7), Afonso Eanes do Cotón (2,24) y Don Denis (25,72).
En las cantigas de amor es donde el término aparece con menor frecuencia (no el motivo de la "locura" que es uno de los dominantes, expresado, sin embargo, mayoritariamente, por la locución "perder o sén"), siempre en masculino (probablemente por las características mismas del género) y con un significado que describe un estado de ansiedad y alteración como efecto del amor, por lo que la traducción que se ofrece como más apropiada es 'loco'. En ningún caso complementa a louco ni a ningún otro adjetivo, y el término parece tener suficiente sentido en sí mismo.

En las cantigas de amigo registramos una mayor frecuencia del término, tanto en femenino como en masculino. Es curioso notar que la forma femenina aparece en contextos de sentido peyorativo, que deberíamos traducir por 'necia', 'tonta', mientras que la masculina se mantiene en el significado que encontrábamos en las cantigas de amor.

En las cantigas de escarnio, el término (masculino y femenino) adquiere matices de insulto. El sentido que mayoritariamente parece tener es el de 'necio' en el masculino, y en el femenino 'necia' (aplicado a gente), adquiriendo matices mucho más fuertes en algunas composiciones, como el refrán de la cantiga de Joan Garcia de Guilhade (70,4): "dona fea, velha e sandia!", o el escarnio que Pero Garcia Burgalés dedica a Maria Negra (125,20), a lo que acusa de lasciva e insaciable, por lo que el término sandia se recubre de un significado cercano al de 'mujer de mala vida', 'viciosa'... No sé si es una simple coincidencia que el término del provenzal pastêco 35 tenga la misma connotación y sea, además, un derivado de battij.

Con todo lo dicho hasta aquí parece que el término está más cerca de un significado 'necio', 'idiota', aplicado al que se comporta equivocadamente, imprudentemente, groseramente, que de la 'locura' entendida como trastorno mental, y que, en conjunto, una etimología sandía no estaría tan alejada de estas acepciones. Si se toma en consideración todo el campo semántico de la locución batîha sindîia, son numerosos los casos en que se usa la metáfora de una cucurbitácea para designar una cosa sin valor o una persona vacía, necia, tonta...; tomemos sólo como ejemplo, además de los citados más arriba, las formas italianas pastéco 36 o citrullo, citrullería, que tienen únicamente el significado de 'necio, bobo' y 'bobada, sandez', respectivamente.
No sé si a todo ello se podría añadir otras acepciones como la de 'tierno', 'inexperto', 'inocente', 'pequeño' que tienen algunos términos, como por ejemplo el mallorquín budeca ("infant petit (Palma). Etim. sembla ésser una variant de albudeca 'casta de meló xerech'", DCVB II, p. 638), que C. E. Dubler37 explica a través de una metáfora creada en esta zona por los mercaderes judíos de esclavos, tomando, tal vez, la acepción de 'cosa de poco valor'.

En definitiva, todo lo dicho hasta aquí va destinado a apoyar de alguna manera la etimología sandía. Evidentemente, los argumentos son discutibles, de la misma manera que lo son los utilizados por los defensores de SANCTE DEUS: hablamos de transformaciones fonéticas de difícil explicación, de metáforas lingüísticas, de usos literarios... elementos que utilizamos para intentar explicar la realidad lingüística que, frecuentemente, se ofrece oscura e intrincada; de ahí que sólo podamos tomar el camino de la hipótesis.

 

 

NOTAS

1 Agradezco encarecidamente la ayuda de la profesora Emilia Calvo del Departamento de Árabe de la Facultad de Filología, Universidad de Barcelona.

2 Cito a través del Diccionario crítico etimológico castellano e hispánico, Madrid (1986), voz Sandío.

3 La acentuación en la i parece indiscutible en toda la Edad Media, a juzgar por las palabras con las que suele rimar tanto en la forma masculina como en la femenina.

4 El origen portugués del término, según cita el mismo Corominas, fue propuesto por Juan de Valdés en sus Diálogos de la Lengua, 117.8: "sandío, por loco, tengo que sea vocablo nacido y criado en Portugal; en Castilla no se usa agora". A pesar de manifestarse escéptico frente a la afirmación de Valdés, por considerar que el único fundamento de tal hipótesis era el hecho de que en su época el vocablo seguía lleno de vida en Portugal mientras que en España había caído en desuso, Corominas establece su etimología hermanando las dos formas, sin pronunciarse abiertamente en este aspecto.

5 En los Cancioneros se registra toda una familia de derivados: sandice/sandece como sustantivos, sandia como adjetivo femenino y ensandecer, desensandecer como formas verbales. Se observará que en ningún caso aparece una forma con -e-.

6 Para la voz sandeu, J. Pedro Machado, en el Dicionário etimológico da língua portuguesa, Lisboa 1973, remite a Corominas (sandío), resaltando la oscuridad del origen de estos vocablos.

En la voz sandío del DCECH se lee: "es deformación moderna y arbitraria del antiguo sandío, en portugués sandeu, que significaba 'idiota', 'loco'; origen incierto, probablemente de la frase SANCTE DEUS 'santo Dios', que, pronunciada al principio como exclamación de piedad ante el pobre mentecato, acabó por aplicarse a este mismo. 1ª doc.: sendío, Berceo; sandío, 1240, Fuero Juzgo".
A pesar de inclinarse por esta etimología y coincidir en ello con Diez (Etymologisches Wörterbuch der romanischen Sprachen, Bonn, 1887, p. 485), quien descalificaba los étimos INSANITUS y SANNIO por imposibilidad de justificación fonética (piénsese en la acentuación de la forma antigua en la -i- en lugar de la actual en la -a-), Corominas y Pascual admiten la dificultad que entraña y resumen las que en su día propusieron otros estudiosos como Carolina Michaélis, quien se inclinaba por la locución SINE DEO fundándose en la forma sendío que se registra en Berceo. Esta idea de Carolina Michaélis les parece poco acertada semánticamente: "nunca la Edad Media, tan intransigentemente piadosa, habría llamado sin Dios a una criatura viviente, cuando tanto insistía en el que el Padre de todos no desamparaba ni a los gusanitos de la tierra, cuanto menos a los pobres de espíritu: si a alguno convenía el nombre sin Dios era el impío o al forajido". Por otro lado, es difícil explicar los cambios vocálicos: si bien se puede admitir que *sindío volviera en castellano sendío por disimilación, el cambio de e en a resulta bastante complicado de justificar porque "en nuestro vocablo la e es absolutamente desconocida en gallegoportugués y muy rara en castellano".

7 L. Sainéan, "Notes d'étymologie romane", Zeitschrift für Romanische Philologie, XXX (1906), p. 571; Spitzer, Lexicalisches aus dem Kalatanischen Sprachen, Ginebra, 1921, p. 28; Meyer-Lübke, Romanisches Etymologisches Wórterbuch, Heidelberg, 1968, (7934a): "Sindija (arab.)" Art Melone". Kat. sindria, sp. sandía "wassermelone".- Ablt. sp. sandío, pg. sandeu "töricht"...

8 La etimología que identifica sandío con sandía en el sentido de 'soso como esta fruta', les parece inaceptable por razones estilísticas: "nombres así son naturales en las jergas, en los bables modernos y en el habla familiar, pero el tono serio de la poesía amatoria y religiosa del s. XIII está a cien leguas de tales metáforas".

9 DECLQ VII,928,51.

10  "...En entrar l'árab cindia en llengua románica, s'hi trobá amb aquest mot ja conegut des de temps romans, i se li contagia la seva r"... (DECLQ VII, 929,12-22). Ver la voz cidro en el DCECH, n, 65.

11 DCECH, V, 147, 55: "En árabe está perfectamente documentada la etimología: Abenalhaxxá dice que el dullâ es el batîh hindî(o sea 'badea de la India') y sindi(o sea de Sind). El femenino cíndia (clásico sindîyá) corresponde al nombre de unidad correspondiente".

12 Madrid, Instituto Hispano-Arabe de cultura, 1977, p. 27: "...The phoneme /i/ had an allophone [e], which occurred in velar or velarized and pharyngealized contours. Speakers of Romance languages readily identified this allophone with their /e/ in toponyms (like Albacete< albasít/) and loanwords...
Arabic /i/ in the peak position of a closed syllabe is lower than otherwise, as any vowel in that position. This has occasionally led to identification by Romance ears with their /e/...
.../i/ in velar contours not only was occasionally realized as [e], but even entered the realm of [a], a common allophone of /a/, so that the phonemic opposition was neutralized in the archiphoneme /A/...".

13 L. de Eguilaz y Yanguas: Glosario etimológico de las palabras españolas de origen oriental, Madrid, 1974, p. 490, Reimpr. de la ed. de Granada, 1886.

14 DCECH, 149, 31-39.

15 Ibn Yûbayr, nacido en Valencia (¿Játiva?) en 1145, narra en su libro de viajes: "...L'Andalousie était favorisée d'une fortune qui lui donnait l'avantage sur le sorte des autres pays jusqu'au jour oú nous sommes arrivés dans cette contrée'bénie; nous avons vu qu'elle regorgeait de denrées et de fruits, tel que figue, raisin, grenade, poire, peche, citrón, noix, moql, pastéque, melón, concombre, ainsi que de tous les légumes, aubergine, courge, rave, carotte, chou, etc.. Les fruits les plus excellents dont nous ayons tâté sont la pastéque et le coing: tous les fruits y sont excellents, mais la pastéque y est particuliérement exquise"... Ibn Jobain Voyages, traduits et annotés par Maurice Gaudefroy-Demombynes, París, Librairie Orientaliste Paul Geuthner, 1949, Vol. V, p. 140.
La palabra árabe que utiliza Ibn Yûbayr es bittíj (ésta es la forma clásica, pero en todos los dialectos se generalizó battij, según afirma C. E. Dubler, "Badea-sandía", Al Andalus, VIII, 1943, p. 396, nota 3, que Godefroy traduce por 'pastéque', diferenciándola del melón con toda claridad. No podemos saber si el término era tan ambiguo como será en el romance hispánico, donde badea/badeha/vadea designaban indistintamente 'sandías y melones' pero "particularmente insípidos" (F. Maíllo Salgado, Los arabismos del castellano en la baja Edad Media, Ediciones de la Universidad de Salamanca, Instituto hispano-árabe de cultura, Salamanca 1983, p. 211; y también C. E. Dubler, "Badea-Sandía", Al-Andalus, VIII, 1943, p. 396: "La propagación del Islam facilitó la extensión del término árabe battija por todo el litoral africano e introdujo fruto y nombre en Al-Andalus. La ampliación del empleo de battija a otras cucurbitáceas continuó en el árabe dialectal..." (p. 398) "En el Occidente arabizante (Marruecos, Argelia), battij significa casi exclusivamente 'melón', mientras que en Levante (Egipto y Siria) denomina corrientemente la sandía..."), esta ambigüedad justificaría tal vez la presencia en los romances hispánicos del gentilicio sindîya que Ibn Yúbayr no utiliza, transformándose de esta manera el significado de badea particularmente como indicativo de una determinada calidad en el fruto: Laguna (Diosc, cap. 124, p. 218) afirma que en España se llamaron también badeas a los melones "vellacos e muy maduros..." (cito a través del libro de F. Maíllo, Los arabismos del castellano...), Covarrubias en el Tesoro de la lengua castellana o española (ed. de M. de Riquer, p. 182) "...Es una especie de melón cuya carne es muy floxa y aguosa... en Valencia la llaman albudeca... es nombre arábigo corrompido de batheca, que significa lo mesmo que badea...", y en el Dicc. de Autoridades, badea es "...cierto tipo de sandía o melón bastardo de carne floxa insípida y desabrida..."
Efectivamente, nada de esto permite probar que la sandía fuera conocida en el Norte de España en esta época; sin embargo, que su cultivo estuviera arraigado en España justificaría la hipótesis de una metáfora que, incorporada a la lengua con más o menos fuerza, podía ser utilizada por escritores de diferentes regiones.

16 "Fou, adj. Lat. FOLLIS "soufflet, sac, bailón"; du sens de "ballon" a passé par plaisanterie au sens de "fou", par comparaison d'une personne sotte, folle avec un ballon gonflé d'air. Ce changement de sens est accompli des le VIe s. (O. Bloch y W. von Wartburg, Dictionnaire étymologique de la Langue Française, París, P.U.F. 1975). En el DCVB se remite a una forma latina FOLLÉ con el significado de 'manxa', 'pell buida' y en el Diccionario crítico etimológico de la lengua castellana, Madrid, 1954, en la voz Folia: Ant. 'locura', 'imprudencia', 'maldad', después nombre de varias especies de cantos y danzas, tomado del Occ. ant. folia 'locura' derivado de fol 'loco' que procede del latín FOLLIS, 'bolsa', 'saco', 'cabeza vacía'... El cambio semántico se explica muy bien en el DECLC, IV, 75, 51-55: "La idea básica és indiscutiblement la de la buidor o vacuitat del sac o bossa, buits de dins. I és sabut que es tractava ja d'una comparado o metáfora mes o menys comuna en la literatura llatina, aplicada a la pilota, etc.."

17 No parece clara la etimología de loco. El DCELC propone un origen latino *LAUCU o bien el árabe láuqa, láuq, femenino y plural del adjetivo 'ahwaq 'tonto', 'loco', pero también se han sugerido otras etimologías como la onomatopeya del latín tardío ULUCCUS 'mochuelo o lechuza' (Wagner, Rohlfs, Diez, Sainéan), glaucus 'garzo, de ojos verdosos', o el prerromano *LAUCUS...

18 DECLC, III, 910, 27-30: "Fat, 'mancat de seny, toix', 'insípid, sense sal, sense gràcia', del 11. FATUUS que té també tots dos significáis...". 19

19 P. Guiraud, Dictionnaire des étymologies obscures, parís, Payot, 1982, p. 490: "D'aprés SOPIRE 'endormir, engourdir", cfr. d'aprés Littré le dial, mains sottes 'mains engourdies par le froid'. Sot est peu compatible avec l'O (long) de SOPIRE; mais la quantité du radical est incertaine en latín et SOPOR (avec un O bref) autorise 'SOPITUS > sot (cf. de méme TRUDERE et TRUDIS, LABERE et LABESCERE, etc.)". No sé muy bien si este término puede ser explicado a través de esta etimología: en catalán el verbo ensopir y sus derivados, significan siempre 'adormecer' y figuradamente 'aburrir' (DECLC III, 380,10: "...format com a derivat culte del llatí SOPIRE 'abaltir', 'ensopir', 'adormir', mot de la mateixa arrel indoeuropea que sop-no- > sommum i que el gr. ύπνος"...).

 20 DECLC, II, 39, 27-40: "Sembla haver tingut primerament el significat de 'beneit, babau', aplicat mes tard, com a eufemisme, a la follia; germá del lengd. baug 'beneit, atordit' i sense altra parentela en llengües ben conegudes, però tots dos suposen una base originaria *BAUDIUS, d'origen incert, segurament indoeuropeu, si bé és dubtós si es tracta d'una variant del gótic bauths, baudis, 'sord', 'mut', o mes aviat d'un mot pre-romá afí d'aquest mot germánic i d'un grup de mots céltics i indoeuropeus, del qual formen part especialment els irl. bodar 'estabornit, pertorbat, sord' i búalaim 'jo bato, colpeixo'; i això últim sembla mes probable".
No sé si con esta etimología se podrían relacionar los términos del antiguo provenzal badiu y badoc. Ambos se usan en el sentido de 'necio' (los encontramos en Guilhem Ademar, Guilhem Magret, Uc de la Bacalaría, Gavaudan y Raimon de Miraval) y por la forma recuerdan el hipotético *BAUDIUS, aunque sería de difícil justificación que precisamente una lengua que conserva el diptongo latino -AU- lo hubiese eliminado aquí. La forma badoc se encuentra también en catalán con un significado diferente que tiene también el provenzal (v. Lévy, E., Petit Dictionnaire Provencal-Français, Heidelberg, 1973, p. 38, la voz badar "regarder bouche béante"; "bayer"; "attendre en vain"), lo cual nos lleva a una posible etimología derivada de BAT: "Onomatopée, imitant le bruit du bâillement. De bat est dérivé un dénominatif *BATO, -AS, 'bâiller' qui figure dans les gloses sous la forme BADARE, ou BATTARE avec geminée expressive et auquel remontent les formes romanes"... A. Ernout et A. Meillet, Dict. Etym. de la langue latine, París, Klincksieck, 1985.

21 De * AURATU 'tocat o ferit d'aire malsá' (DCELQ VI, 86,44).

22 DECLC, VII, 929,30-35.

23 c. E. Dubler, "Badea-Sandía", Al Andalus, VIII, 1943, pp. 386413, ofrece algunos datos (pp. 387-389) sobre el cultivo de varias especies en Grecia durante el primer milenio antes de nuestra Era y afirma que la sandía radica en el Sur del África Oriental, que fue importada al valle del Nilo, que las repetidas migraciones semitas extendieron su cultivo por Judea, Palestina, Siria y probablemente Mesopotamia, que se propagó por mar o por tierra a la India, que por vía terrestre pasaría a Persia y que su cultivo se reimportó desde la India en los albores de nuestra Edad Media. Establece Dubler toda la expansión desde la India hacia Oriente y Occidente, produciéndose esta última por Irán, Asia Menor y Bizancio, de ahí a los Balcanes y a los pueblos eslavos y, finalmente, bajo la dominación musulmana, arraiga su cultivo en el Norte de África y pasa a la Península Ibérica, particularmente a la comarca levantina.

24 "...Nous croyons que l'origine du mot est beaucoup plus simple. L'hispano-portugais sandío, sot, est simplement le masculin de sandia, sotte et pastéque, répondant exactement á badea, pastéque et fade, insipide. C'est une métaphore fournie par la forme et par la goút fade des cucurbitacées, qui désignent généralement le niais qu'on trompe facilement...". L. Sainéan, "Notes d'étymologie romane", Zeitschrift für Romaniscbe Philologie, XXX (1906), pp. 570-571. 25

25 O. Nobiling, "Berichtigungen und zusätze zum portugiesischen teil von Körtings Lateinisch-Romanischen Wörterbuch", Archiv für das Studium der Neueren Spracben und literaturen, CXXVII (1911), p. 188.

26 DCECH, V, 147,4142.

27 Op. cit.,p.490.

28 R. Dozy: Supplément aux dictionnaires árabes, I, París, 1927, p. 692.

29 Cito por la traducción de Defremery et Sanguinetti: Voyages d'bn Battüta, Vol. IV, París, Anthropos, 1969 2 , p. 412. Reimpr. de la edición de 1854. 30

30 A. Griera, Atlas lingüistic de Catalunya, mapa 283: boig.

31 En la voz sandío del DCECH figuran todos los textos castellanos en los que se registra el término.

32 Gonzalo de Berceo, El libro de los Milagros de Nuestra Señora, 646, b. Ed. crítica y estudio de J. Montoya Martínez, Granada, Universidad, 1986.

33  Mil., 766,a. 34

34 Cito por el Repertorio métrico della lírica gallego-portoghese de G. Tavani, Roma, 1967.

35 Pastéco, s. f. Pastéque; melón d'eau, v. citrouio; T. de marine, poulie; femme de mauvaise vie. F. Mistral, Lou tresor dóu Felibríge, II, Genéve, París, Slatkine, 1979, p. 494, Reimpr. de la ed. de 1932.

36 Pastéco: Còsa sciòcca e grossolana. P. Petrocchi, Novo Dizionárío Universale della lingua italiana, II, Milán, 1910, p. 463.

37 C. E. Dubler, op. cit, p. 401.

 

 

Ermita de nuestra Señora del Valle. Para saber más ver imagen y comentarios de la portada.

 
 
 

 

 

 

La expresión de la locura en la lírica medieval.
Sandeu, sandío y sandía

 

ANA MARÍA MUSSONS FREIXAS
Universidad de Barcelona

Verba: Anuario galego de filoloxia,
ISSN
0210-377X, Nº 18, 1991 , págs. 589-598