29
»Inmediatamente después de la tribulación de aquellos días,
el sol se oscurecerá, la luna no dará su resplandor, las
estrellas caerán del cielo y las potencias de los cielos
serán conmovidas.
30 Entonces
aparecerá la señal del Hijo del hombre en el cielo, y todas
las tribus de la tierra harán lamentación cuando vean al
Hijo del hombre venir sobre las nubes del cielo, con poder y
gran gloria.
31 Enviará sus
ángeles con gran voz de trompeta y juntarán a sus escogidos
de los cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta el
otro.
Pedro Comestor:
Hieronymus autem in annalibus Hebraeorum invenit signa XV
dierum ante diem judicii; sed utrum continui futuri sint
dies illi, an interpollati non expressit.
San Pedro Damián:
Illud tamen quod de quindecim signis
totidem dierum diem judicii praecedentium beatum Hieronymum
referre didicimus, hic eisdem verbis inserere non superfluum
judicamus. Quibus profecto verbis sicut nec autoritatis
robur adscribimus, ita nec fidem penitus denegamus. Res ergo
sicut ad nos pervenit, hujus stylo se simpliciter inserat,
ut antiquis etiam Hebraeorum populis, qui divini judicii
terror increverit, ex eorum paginis innotescat.
Berceo:
1 Señores, si
quisiéssedes atender un poquiello,
querría vos contar[5] un
poco de ratiello[6]
un sermón[7] que fo
priso de un santo libriello[8],
que fizo sant Jerónimo, un
precioso cabdiello[9].
2 Nuestro Padre Jerónimo, pastor
de nos e tienda[10],
leyendo en
hebreo en essa su leyenda,
trovó cosas
extrañas, de extraña facienda;
qui oír las quisiere, tenga que
bien merienda[11].
3 Trovó el omne bono[12] entre
todo lo ál[13],
que ante del
Judicio, del Judicio cabdal,
venrán muy grandes signos[14], un
fiero temporal[15],
que se verá el
mundo en presura mortal.
4 Por esso lo
escripso el varón acordado,
que se tema el
Pueblo que anda desvïado,
mejore en
costumnes, faga a Dios pagado,
que non sea de
Christo estonz desemparado.
B) Los quince
días, las quince señales (5 – 24).
Primer día.
Elevación del nivel del mar (5 – 6).
Pedro Comestor:
Prima die
eriget se mare XL cubitis super altitudinem montium stans in
loco quasi murus.
San Pedro Damián:
Signum, inquit, primi diei: maria omnia
in altitudinem exaltabuntur quindecim cubitorum supra montes
excelsos orbis terrae, non adfluentia, sed sicut muri
aequora stabunt.
Berceo:
5 Éste será el uno de los signos
dubdados[16],
pujará a las nubes el mar muchos
estados[17],
más alto que
las sierras e más que los collados,
tanto que en sequero fincarán
los pescados[18].
6 Pero en su derecha[19] será
él muy quedado,
non podrá
estenderse, será como helado,
como pared enfiesta[20] o muro
bien lavrado;
quiquiere que lo vea será mal[21]
espantado.
Segundo día.
Descenso del mar. Vuelta a su nivel (7).
Pedro Comestor:
Secunda, tantum descendet ut vix
posset videri.
San Pedro Damián:
Signum secundi diei: Omnia aequora
prosternentur in imum profundi, ita ut vix queant ab humanis
obtutibus conspici.
Signum tertii diei: Maria omnia
redigentur in pristinum statum, qualiter ab exordio creata
fuerant.
Berceo:
7 En el secundo día
parezrá afondado,
más vaxo que
la tierra, bien cuanto fue puyado;
de catarlo nul omne sól non será
osado[22],
pero será aína
en su virtut tornado.
Tercer día.
El incontenible llanto de los
animales (8 – 9).
Pedro Comestor:
Tertia,
marinae beluae apparentes super mare dabunt rugitus usque ad
celum.
San Pedro Damián:
Signum quarti diei: Beluae omnes, et omnia quae moventur in
aquis marinis, congregabuntur super pelagus, more
contentionis, invicem mugientes et rugientes; nescientque
homines quid cantent, vel quid cogitent, sed tantum scit
Deus, cui omnia vivunt, officio gerendi.
Signum quinti diei: Omnia volatilia
coeli concionabuntur in campis; unumquodque genus in ordine
suo: eaedem volucres invicem colloquentes et plorantes
erunt non gustantes neque bibentes,
adventum judicis timentes.
Signum duodecimi diei: Omnia animalia
terrae de silvis et montibus venient ad campos rugientia et
mugientia non gustantia et non bibentia.
Berceo:
8 En el tercero
signo nos conviene fablar,
que será grant
espanto e un fiero pesar,
andarán los
pescados todos sobre la mar,
metiendo
grandes voces, non podiendo quedar.
9 Las aves
esso misme, menudas e granadas,
andarán dando
gritos todas mal espantadas;
assín farán
las bestias por domar e domadas,
non podrán a
la noche tornar a sus posadas.
Cuarto día.
Arde el agua (10).
Pedro Comestor:
Quarta, ardebit mare et aqua.
San Pedro Damián:
Signum sexti diei: Flumina ignea ab
occasu solis surget, contra faciem firmamenti, usque ad
ortum currentia.
Berceo:
10 El signo es
pos esti mucho es de temer:
los mares e
los ríos ardrán a grand poder;
dessarrarán
los omnes, irán se a perder,
querranse, si podieren, so la
tierra meter[23].
Quinto día.
Las plantas sudan sangre (11).
Pedro Comestor:
Quinta, herbae et arbores dabunt
rorem sanguineum.
San Pedro Damián:
Signum decimi diei: Omnia ligna silvarum,
et olea herbarum sanguineum fluent rorem.
Berceo:
11 El quinto
de los signos será de grant pavura,
de yervas e de árbores e de toda verdura,
como diz sant Jerónimo, manará sangre pura;
los que no lo
veyeren serán de grand ventura.
Sexto día.
Se derrumban los edificios (12).
Pedro Comestor:
Sexta, ruent
aedificia.
San Pedro Damián:
Signum undecimi diei: Omnes montes, et
colles, et omnia aedificia humana arte constructa, in
pulverem redigentur.
Berceo:
12 Será
el día sexto negro e carboniento[24],
non fincará
ninguna labor sobre cimiento,
nin
castiellos, nin torres, nin ningúm cerramiento,
que non sea
destructo todo por fondamiento.
Séptimo día.
Se quiebran las piedras (13 – 14).
Pedro Comestor:
Séptima, petrae ad invicem
collidentur.
San Pedro Damián:
Signum noni diei: Omnes lapides tam parvi
quam magni scindentur in quatuor partes, et unaquaeque pars
collidet alteram partem, nescietque ullus homo sonum illum,
nisi solus Deus.
Berceo:
13 En el día
seteno venrá priessa mortal:
avrán todas las piedras entre sí
lit campal[25];
lidiarán como omnes que, se
quieren fer mal[26],
todas se farán piezas menudas
como sal[27].
14 Los omnes
con la cuyta e con esta pressura,
con estos
tales signos de tan fiera figura,
buscarán do se
metan alguna angostura.
Dirán: "Montes, cobritnos que
somos en ardura."[28]
Octavo día.
Todo cae a tierra (15).
Pedro Comestor:
Octava, fiet generalis terraemotus.
San Pedro Damián:
Signum octavi diei: Terraemotus erit
magnus, ita ut nullus homo stare posit, aut nullum animal,
sed solo sternentur omnia.
Berceo:
15 En el
octavo día venrá otra miseria:
tremerá todo
el mundo de muy fuerte manera,
non se tenrá
en piedes ninguna calavera
que non caya
en tierra, non será tan ligera.
Noveno día.
Állanase la tierra (16).
Pedro Comestor:
Nona, aequabitur terra.
San Pedro Damián:
Signum undecimi diei: Omnes montes, et colles, et omnia
aedificia humana arte constructa, in pulverem redigentur.
Berceo:
16 En el día noveno venrán otros
porteros[29]:
Aplanar[30] se han
las sierras e todos los oteros;
serán de los
collados los valles compañeros,
todos serán eguales, carreras[31] e
senderos.
Décimo día.
Estampida enloquecida de los humanos (17).
Pedro Comestor:
Decima,
exibunt homines de cavernis, el ibunt velut amentes nec
poterunt mutuo loqui.
San Pedro Damián:
Signum decimiquarti diei: Omne humanum genus, quod inventum
fuerit, de habitaculis et de locis in quibus erunt velociter
abscedent, non intelligentes neque loquentes; sed discurrent
ut amentes.
Berceo:
17 El día que
viniere, el noveno pasado,
istrán todos
los omnes, quisque de su forado;
andarán
estordidos, pueblo mal desarrado,
mas de fablar ninguno sól[32] non
será osado.
Undécimo día.
Se abren los sepulcros (18).
Pedro Comestor:
Undecima,
surgent ossa mortuorum, et stabunt super sepulchra.
San Pedro Damián:
Signum decimitertii diei: Omnia ab ortu
solis sepulcra usque ad occasum patebunt, cadaveribus
surgentibus, usque ad horam judicii.
Berceo:
18 El del
onceno día, si saber lo queredes,
será tan bravo
signo que vos espantaredes;
abrirse án las
fuessas que cerradas veedes,
saldrán fuera
los huessos de entre las paredes.
Duodécimo día.
Caída de los astros (19).
Pedro Comestor:
Duodécima, cadent stellae.
San Pedro Damián:
Signum septimi diei : Errantia sidera et
stationaria spargent ex se igneas comas, qualiter in cometis
apparet orbi et ejus habitatoribus.
Berceo:
19 Non será el
dozeno qui lo ose catar,
ca verán
grandes flamas por el aire volar;
verán a las
estrellas caer de su logar
como caen los figos que caen del
figar[33].
Décimo tercer
día.
Triunfo absoluto de la muerte (20).
Pedro Comestor:
Tredécima, morientur viventes, ut
cum mortuis resurgant.
San Pedro Damián:
Signum decimiquinti diei: Vivi homines
morientur, ut resurgant cum mortuis longe ante defunctis.
Berceo:
20 Del trezeno fablemos, los otros terminados,
morrán todos los vivos, menudos
e granados[34],
mas, a poco de
término, serán resucitados,
por venir al
Judicio, justos e condenados.
Décimo cuarto día.
Arden el cielo y la tierra (21) .
Pedro Comestor:
Quartadecima, ardebit coelum et
terra.
Berceo:
21[35] El día
quarto dézimo será fiera barata[36],
ardrá el mundo
todo, el oro e la plata,
baldaquines e púrpuras, xamit[37] e escarlata,
non fincará conejo en cavo ni en
mata[38].
Décimo quinto
día. Resurreción de los muertos (22 – 24).
Pedro Comestor:
Quintadecima, fiet coelum novum et
terra nova et resurgent omnes.
Berceo:
22 El postremero día, como diz
el profeta[39],
el ángel pregonero sonará la
corneta[40];
oírlo han los
muertos, quisque en su causeta,
correrán al Judicio quisque con
su maleta[41].
23 Quantos nunca[42]
nasquieron o fueron engendrados,
quantos almas
ovieron, fueron vivificados,
si los comieron aves[43] o
fueron ablentados[44],
todos en aquel
día allí serán juntados.
24 Quantos
nunca murieron en qualquiere edat,
o niños o
eguados, o en grant vejedat,
todos de treinta años, cuento[45] de
Trinidat,
venrán en essi
día ante la Magestat.
2.- El Juicio
Final. Lo que se nos ha enseñado (25 - 60).
a.
La
colocación de los actores en el escenario (25 -26).
Mt., 25,
31- 33:
31 Cuando
venga el Hijo del hombre en su gloria rodeado de todos los
ángeles, se sentará en su trono de gloria.
32 Todas las
naciones serán reunidas en su presencia, y él separará a
unos de otros, como el pastor separa las ovejas de los
cabritos,
33 y pondrá a
aquellas a su derecha y a estos a la izquierda.
Berceo:
25 Serán
puestos los justos a la diestra partida,
los malos a
siniestro, pueblo grand sin medida;
el Rey será en medio con su az
revestida[46],
cerca de’ Él
la Gloriosa, de caridat complida.
26 Allí será
aducho Judas el traïdor,
que por su
auze mala vendió a su Señor;
como él lo
merece venrá con tal honor,
verase en
porfazo, non podrié en mayor.
b.
El
discurso del Redentor a los buenos (27 - 30).
Mt., 25, 34
– 40:
34 Entonces el
Rey dirá a los que tenga a su derecha: "Vengan, benditos de
mi Padre, y reciban en herencia el Reino que les fue
preparado desde el comienzo del mundo,
35 porque tuve
hambre, y ustedes me dieron de comer; tuve sed, y me dieron
de beber; estaba de paso, y me alojaron;
36 desnudo, y
me vistieron; enfermo, y me visitaron; preso, y me vinieron
a ver".
37 Los justos
le responderán: "Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te
dimos de comer; sediento, y te dimos de beber?
38 ¿Cuándo te
vimos de paso, y te alojamos; desnudo, y te vestimos?
39 ¿Cuándo te
vimos enfermo o preso, y fuimos a verte?".
40 Y el Rey
les responderá: "Les aseguro que cada vez que lo hicieron
con el más pequeño de mis hermanos, lo hicieron conmigo".
Berceo:
27 Tornarase
a los justos el Reÿ glorïoso,
Fer les ha un
sermón temprado e sabroso:
"Venit los
benedictos del mi Padre precioso,
recibit el mi
regno largo e delicioso.
28 Rescibit
gualardón de lo que me sirbiestes,
ca cuando ovi
famne muy bien me apaciestes,
vedístesme
sediondo, bien a beber me diestes,
si me menguó
vestido, de grado me vestiestes.
29 Cuando a
vuestras puertas demandaba posada,
vos luego me
la dábades con voluntat pagada;
en las cuitas
que ovi, fallé en vos entrada,
quiero vos yo
agora de todo dar soldada.
30 De lo que
me serviestes, buen gualardón avredes,
por seculorum
secula conmigo regnaredes,
vivredes en
grand gloria, pesar nunca veredes,
siempre laudes
angélicas ante mí cantaredes."
c.
El
discurso del Redentor a los malos (31 - 35).
Mt., 25, 41
– 46:
41 Luego dirá
a los de la izquierda: "Aléjense de mí, malditos; vayan al
fuego eterno que fue preparado para el demonio y sus
ángeles,
42 porque tuve
hambre, y ustedes no me dieron de comer; tuve sed, y no me
dieron de beber;
43 estaba de
paso, y no me alojaron; desnudo, y no me vistieron; enfermo
y preso, y no me visitaron".
44 Estos, a su
vez, le preguntarán: "Señor, ¿cuándo te vimos hambriento o
sediento, de paso o desnudo, enfermo o preso, y no te hemos
socorrido?".
45 Y él les
responderá: "Les aseguro que cada vez que no lo hicieron con
el más pequeño de mis hermanos, tampoco lo hicieron
conmigo".
46 Estos irán
al castigo eterno, y los justos a la Vida eterna".
Mt., 7, 21
– 23:
21 No son los
que me dicen: "Señor, Señor", los que entrarán en el Reino
de los Cielos, sino los que cumplen la voluntad de mi Padre
que está en el cielo.
22 Muchos me
dirán en aquel día: "Señor, Señor, ¿acaso no profetizamos en
tu Nombre? ¿No expulsamos a los demonios e hicimos muchos
milagros en tu Nombre?".
23 Entonces yo
les manifestaré: "Jamás los conocí; apártense de mí,
ustedes, los que hacen el mal".
Berceo:
31 Tornará a
siniestro, sañoso e irado,
Decir lis ha
por nuevas un esquivo mandado:
"Id vos los
maledictos, ministros del pecado,
id con vuestro
maestro, vuestro adelantado.
32 Id arder en
el fuego que está abivado,
pora vos, e a
Lúzifer, e a todo su fonsado;
acorro non
avredes, esto es delibrado,
a qual sennor
serbiestes recivredes tal grado.
33 Quando
famne avía, andaba muy lazrado,
oír non me
quisiestes, nin darme un bocado,
si yo grand
set avía, non aviedes cuidado,
muy bien vos
aguardastes de darme hospedado.
34 Si vos
alguna cosa me oviésedes dada,
yo bien vos la
ternía agora condesada;
mas fuestes
vos tan crúos que non me diestes nada;
yo la vuestra
crüeza non la he oblidada.
35 Cuando el
pobreciello a vuestra puerta vino,
pediendo en mi
nombre con ábito mesquino,
vos dar no li
quisiestes nin del pan nin del vino;
oy si vos d'él pensásedes, él
vos seriá padrino.[47]"
d. Las penas
del infierno (36 - 47).
1. Cuerdas de presos (36).
36 Prestos
serán los ángeles, ángeles infernales,
con cadenas
ardientes e con fuertes dogales;
cogerlos han
delante con azotes mortales,
¡Jesu Christo
nos guarde de tales serviciales!
2.- Fuego del Infierno (37).
37 Levar los
han al fuego, al fuego infernal,
do nunca verán
lumne si non cuita e mal;
darles han señas[48] sayas
de áspero sayal,
que cada una
de ellas pesará un quintal.
3.- Sensaciones molestas (38).
38 Avrán famne
e frío, tremor e calentura,
ardor vuelto
con frío, set fiera sin mesura;
entre sus
corazones avrán grand amargura,
que creer non
quisieron la Sancta Escriptura.
4.- Devorados por reptiles (39).
39 Comerlos
han las sierpes e los escorpïones,
que han
amargos dientes, agudos aguijones;
meter les han
los rostros fasta los corazones,
nunca avrán
remedio en ningunas sazones.
5.- El Castigo de los sentidos (40).
40 Dar les han
malas cenas e peores yantares,
grant fumo a
los ojos, grant fedor a las nares,
vinagre a los
labros, fiel a los paladares,
fuego a las gargantas, torzón[49] a los
hijares.
6.- Castigo de la calumnia (41).
41 Colgarán de
las lenguas los escatimadores,
los que
testiguan falso e los escarnidores;
non parcirán a
reyes nin a emperadores,
avrán tales
servientes cuales fueron señores.
7.- De la Codicia (42).
42 Los omnes
codiciosos del haber monedado
que por ganar
riquezas non dubdan fer pecado,
metranlos por
las bocas el oro regalado,
dizrán que non
oviessen atal haver ganado.
8.- Los malos profesionales (43).
43 Los falsos
menestrales e falsos labradores
allí darán
derecho de las malas labores,
allí prendrán
emienda de los falsos pastores
que son de fer
cubiertas maestros sabidores.
9.- Los malos clérigos (44).
44 Algunos
ordenados que lievan las obladas,
que viven
seglarmientre, tienen sucias posadas,
no lis avrán
vergüenza las bestias enconadas,
dar les han
por ofrenda grandes aguijonadas.
10.- Los soberbios (45).
45 Los omnes
soberviosos que roban los mezquinos,
que les
tuellen los panes e les beben los vinos,
andarán
mendigando corbos como onzinos;
cuntirán esso
misme a los malos merinos.
11.- Los envidiosos (46).
46 Los que son
invidiosos, éssos malfadados,
que por el
bien del próximo andan desconsolados,
serán en el
infierno de todos cozeados,
far lis han lo que fazen
madrastras[50] a
añados.
12.- Resumen final (47).
47 Las penas
del infierno de dur serién contadas,
ca éstas son
más muchas e mucho más granadas;
Jesu Christo
nos guarde de tales pescozadas,
Él que guardó a Peidro en las
ondas iradas[51].
e. Los gozos
del cielo (48 – 60).
1.-
La entrada de los bienaventurados en el cielo
(48 - 51).
48 Cambiemos
la materia, en otro son cantemos,
en razón
desabrida mucho non detardemos:
a la buena
compaña de los justos tornemos,
el bien que
esperamos esso versifiquemos.
49 El Reÿ de
los reyes, alcalde derechero,
que ordena las
cosas sin ningún consejero,
con su
processión rica, pero Él delantero,
entrará en la
gloria del Padre verdadero.
50 La compaña
preciosa, de Christo consegrada,
del Padre
benedicta, del Fijo comvidada,
entrará en el
Cielo alegre e pagada,
rendiendo a
Dios gracias, a la Virgen ondrada.
51 Los ángeles
del Cielo farán grant alegría,
nunca mayor de
aquélla fizieron en un día,
ca verán que
les crece solaz e alegría,
¡Dios mande
que entremos en essa cofradía!
2.- Cuestión previa: unión de
cuerpos y de almas (52 – 53).
52 Dexemos de
las penas de los malastrugados,
digamos de los
gozos de los bienventurados:
éstos serán
bien grandes, demás serán doblados,
ca el cuerpo
con el alma ambos serán juntados.
53 El cuerpo
con el alma irán en refrigerio,
esso clama
doblado gozo el evangelio;
otrosí los
dañados avrán doble lazerio:
devié movernos
mucho sólo esti probervio.
3.-
Inmortalidad y luminosidad (54).
54 De la
primera gracia vos queremos decir:
avrán vida sin
término, nunca han de morir;
demás serán
tan claros —non vos cuido mentir—,
non podrién
siete soles tan fuertmientre luzir.
4.- Vista y
agudeza absolutas (55).
55 Serán mucho
sotiles, en veer muy certeros,
no lis farán
embargo nin sierras nin oteros,
nin nieblas
nin colinas, nin leguas nin migeros,
verán del
mundo todo los cabos postremeros.
5.- Ingravidez
(56 – 57).
56 Avrán la
cuarta gracia por mayor complimiento,
serán mucho
ligeros más que non es el viento;
volarán suso
yuso a todo su taliento:
escripto yaze
esto, sepades non vos miento.
57 Assí serán
ligeros, ésta es la verdat,
como es en nos
mismes la nuestra voluntat
que corre
quanto quiere sin nulla cansedat:
en cual
comarca quiere, ý prende vezindat.
6.- Ausencia
absoluta del mal (58).
58 Avrán el
quinto gozo, que de todos más val,
que serán bien
seguros de nunca aver mal;
señor que a
sus siervos da gualardón atal,
ésti es
verdadero, nadi non crea ál.
7.- Presencia
del bien absoluto (59).
59 Todos
metrán femencia en loar al Señor,
avrán entre sí
todos caridat e amor,
nin tenrán por
la paz oración nin clamor,
nin catarán
las nubes si tienen mal color.
8.- Resumen
final y conclusión (60).
60 Jesu Christo nos lieve a essa
compañía[52],
do tantos
bienes yazen e tanta alegría;
guíenos la
Gloriosa, Madre Santa María,
que es fuente
de gracia e mana cada día.
3. El Juicio
Final. Interpelación personal al lector o al oyente (61 –
74).
1.- La terrorífica aparición del
Juez Supremo (61).
Dies irae, dies illa..:
2 Quantus tremor est futurus,
quando iudex est venturus,
cuncta stricte
discussurus !
Berceo:
61 Cuand el
Reÿ de Gloria viniere a judgar,
bravo como
león que se quiere cebar,
¿cuál será tan
fardido que lo ose sperar?
ca el leon irado save mal
trebejar[53].
2.- Si los
ángeles temen… (62 - 63).
62 Las
virtudes del Cielo, dizlo la Escriptura,
las que nunca
ficieron liviandat nin locura,
éssas en essi
día avrán muy grant pavura,
ca verán el
alcalde irado sin mesura.
63 Cuando los
santos ángeles tremerán con pavor,
que yerro non
fizieron contra Dios su señor,
¿qué faré yo, mesquino, que só
tan pecador?[54]
Non sé cómo
paresca delante tal pastor.
3.-
Imposibilidad de esconderme (64).
Dies irae, dies illa..:
8 Rex tremendæ
maiestatis,
qui salvandos salvas gratis,
salva me, fons pietatis.
14Preces meæ non sunt dignæ,
sed tu bonus fac benigne,
ne perenni
cremer igne.
(Leer las estrofas 8 – 17)
[55].
Berceo:
64 Porque de
la su vista me quiera asconder,
nin será
aguisado nin avría poder,
yo razón non
podría contra Él mantener,
la su piedad
nos vala como es menester.
4.- No habrá
intercesores (65).
Dies irae, dies illa..:
7 Quid sum miser tunc dicturus ?
Quem patronum rogaturus,
cum vix iustus sit securus ?
Berceo:
65 Non avrá
essi día ningunos rogadores:
todos serán
callando, justos e pecadores;
todos avrán
grant miedo e muy grandes temores,
pero los de
siniestro más grandes e peores.
5.- Veré el
Infierno (66).
66 Verán todos
por ojos los infiernos ardientes,
cómo tienen
abiertas las vocas las serpientes,
cómo sacan las
lenguas e aguzan los dientes,
entendrán bien
que tienen a mala parte mientes.
6.- Día largo
y lleno de temor (67).
Dies irae, dies illa..:
1Dies iræ,
dies illa,
Solvet sæclum in favilla,
Teste David cum Sibylla !
Berceo:
67 Aquél será
el día, dizlo la Escriptura,
que será mucho luengo e de grand amargura,
onde devemos todos haver ende pavura;
será qui ál
ficiere de muy mala ventura.
7.- Diversa
situación de salvados y condenados (68).
68 Luengo será
el día a los bienventurados,
ca nunca avrán
noche que sean embargados;
será amargo
mucho pora los condempnados,
que serán pora
nunca del bien desfeüzados.
8.- Todo será hecho
público (69 - 71).
Dies irae, dies illa..:
5 Liber
scriptus proferetur,
in quo totum
continetur,
unde Mundus
iudicetur.
6 Iudex ergo
cum sedebit,
quidquid latet apparebit,
nil inultum remanebit
Berceo:
69 El día del
Judicio mucho es de temer,
más que
ninguna cosa que pudiesse seer;
avrá omne sus
males ante sí a tener,
non podrá
nulla cosa de su mal esconder.
70 Todo quanto que fizo, menudo e granado,
fuera si
penitencia lo ovo deslavado,
todo será a
ojo en medio del mercado,
conocer lo han
todos, no les será celado.
71 Las vidas
de los homnes allí serán contadas,
de buenos e de
malos serán mal porfazadas,
como serán
abiertas sin puertas las posadas,
parezrán las
paredes que fueron mal tapiadas.
9.- La cuita
del Juicio (72).
Dies irae, dies illa..:
18 Lacrimosa
dies illa,
qua resurget
ex favilla
iudicandus
homo reus.
Huic ergo
parce, Deus.
Berceo:
72 La cuita
del Judicio será muy desguisada,
por homnes nin
por ángeles non podrié ser asmada;
¡válanos Jesu
Christo, la su Virtud sagrada,
que entonz non
podamos caer en desprunada!
10.- Si mala
cosa, ver, peor, cerrar los ojos (73 - 74).
73 Si cataren
a suso, verán a Dios irado,
de yuso el
infierno ardient e abivado,
en derredor de
diablos sobejo grand fonsado;
con visïón tan
brava, ¿qui non serié cuitado
74 Si cerraren
los ojos porque non vean nada,
dentro será el
bierven que rodrá la corada;
la mala
rependencia de la vida pasada,
que fue mala e
sucia, pudient e enconada.
4. Exhortación
final (75 – 76).
75 Jesu
Christo nos guarde de tales visïones,
a todos los
christianos, mugieres e varones,
pora el diablo
sean tales discrecïones,
que da a sus
amigos amargos gualardones.
76todos los
christïanos que en Christo creemos,
si estas
visïones escusar las queremos,
mejoremos las
vidas, penitencias tomemos,
ganaremos la
Gloria, el mal escusaremos.
5.
Conclusión (77).
77 Digamos Pater noster que nos esto ganemos,
laudemos la
Gloriosa, mercet nos li clamemos;
todos Ave
María a su honor cantemos,
que nos con el
su Fijo e con Ella regnemos.
(Amén.)
Comentario.
Naturaleza y Estructura del texto
El texto, indebidamente titulado, es un discurso parenético,
una catequesis, sobre el Juicio Final que consta de 77
estrofas repartidas en 5 capítulos:
1.- Las
señales que anunciarán el Juicio Final (1 – 24).
2.- El
Juicio Final. Lo que se nos ha enseñado (25 - 60).
3. El
Juicio Final. Interpelación personal al lector o al oyente
(61 – 74).
4.
Exhortación final (75 – 76).
6.
Conclusión (77).
El Capítulo
1.- Las señales que anunciarán el Juicio
Final (1 – 24) consta de dos
apartados:
a. Introducción
(1 – 4). Un útil librito de
san Jerónimo que nos habla de las señales que precederán al
Juicio Final.
b. Los
quince días, las quince señales (5 – 24) narra lo que se sabe que va a suceder
en los quince días previos al Juicio Final y
detalla cada día y la señal correspondiente:
Primer
día. Elevación del nivel del mar (5 – 6).
Segundo
día. Descenso del mar. Vuelta a su nivel (7).
Tercer
día. El incontenible llanto de los animales (8 – 9).
Cuarto
día. Arde el agua (10).
Quinto
día. Las plantas sudan sangre (11).
Sexto
día. Se derrumban los edificios (12).
Séptimo
día. Se quiebran las piedras (13 – 14).
Octavo
día. Todo cae a tierra (15).
Noveno
día. Állanase la tierra (16).
Décimo
día. Estampida enloquecida de los humanos (17).
Undécimo
día. Se abren los sepulcros (18).
Duodécimo día. Caída de los astros (19).
Décimo
tercer día. Triunfo absoluto de la muerte (20).
Décimo
cuarto día. Arden el cielo y la tierra (21).
Décimo
quinto día. Resurrección de los muertos (22 – 24).
El Capítulo 2.- El
Juicio Final. Lo que se nos ha enseñado (25 - 60) narra en sus tres primeros apartados (a, b, c) el Juicio
Final siguiendo el texto del Evangelio de Mateo:
a. La
colocación de los actores en el escenario (25 -26).
b. El
discurso del Redentor a los buenos (27 - 30).
c. El
discurso del Redentor a los malos (31 - 35).
En el cuarto (d) nos describe las penas del
infierno:
d. Las
penas del infierno (36 - 47):
1.- Cuerdas de
presos (36).
2.- Fuego del Infierno (37).
3.- Sensaciones molestas (38).
4.- Devorados por reptiles (39).
5.- Castigo de los sentidos (40).
6.- Castigo de la calumnia (41).
7.- El de la Codicia (42).
8.- Los malos profesionales (43).
9.- Los malos clérigos (44).
10.- Los soberbios (45).
11.- Los envidiosos (46).
12.- Resumen final (47).
Y en el quinto y último (e) los gozos del cielo:
e. Los
gozos del cielo (48 – 60).
1.- La
entrada de los bienaventurados en el cielo (48 - 51).
2.- Cuestión previa: unión de cuerpos y de almas (52 –
53).
3.-
Inmortalidad y luminosidad (54).
4.-
Vista y agudeza absolutas (55).
5.-
Ingravidez (56 – 57).
6.-
Ausencia absoluta del mal (58).
7.-
Presencia del bien absoluto (59).
8.-
Resumen final y conclusión (60).
El Capítulo
3. El Juicio Final. Interpelación personal al
lector o al oyente (61 – 74)
es una exhortación personal y directa al
lector o al oyente a prepararse bien para afrontar los
terrores más que previsibles de aquel día terrible. Tiene
los siguientes apartados:
1.- La terrorífica
aparición del Juez Supremo
(61).
2.- Si los ángeles temen… (62 - 63).
3.- Imposibilidad de esconderme (64).
4.- No habrá intercesores (65).
5.- Veré el
Infierno (66).
6.- Día largo
y lleno de temor (67).
7.- Diversa situación de salvados y condenados (68).
8.- Todo será hecho público (69 - 71).
9.- La cuita del Juicio (72).
10.- Si mala cosa ver, peor cerrar los ojos (73 - 74).
Los Capítulos
4. Exhortación final (75 – 76) y 5. Conclusión
(77) son la invitación
final a tomarse en serio la preparación para asistir
debidamente al Juicio Final y una plegaria implorando la
divina ayuda para ello.
El poema es un ejemplo clásico de poesía didáctica. Aquí
puesta al servicio de una catequesis sobre el Juicio Final.
Es cosa clara desde la estrofa 4ª, y se vuelve a insistir en
lo mismo en la 76ª.
4 Por esso lo
escripso el varón acordado,
que se tema el
Pueblo que anda desvïado,
mejore en
costumnes, faga a Dios pagado,
que non sea de
Christo estonz desemparado.
76 Todos los
christianos que en Christo creemos,
si estas
visïones escusar las queremos,
mejoremos las
vidas, penitencias tomemos,
ganaremos la
Gloria, el mal escusaremos.
En la primera mitad de esta catequesis (2 capítulos) se
recuerda la doctrina segura sobre el Juicio Final
explicándola mediante una narración dramatizada de los
acontecimientos. Primero, los terribles 14 días anteriores
al Juicio. Luego, el desarrollo del Juicio en el día
decimoquinto. Finalmente, la consiguiente eternidad de los
condenados contrapuesta a la de los bienaventurados.
3 Trovó el omne bueno entre
todo lo ál,
que ante del Judicio, del
Judicio cabdal,
venrán muy grandes signos, un
fiero temporal,
que se verá el mundo en presura
mortal.
*****
22 El postremero día, como diz
el profeta,
el ángel pregonero sonará la
corneta;
oír lo han los muertos, quisque
en su causeta,
correrán al Judicio quisque con
su maleta.
*****
48 Cambiemos la materia, en
otro son cantemos,
en razón desabrida mucho non
detardemos:
a la buena compaña de los
justos tornemos,
el bien que esperamos, esso
versifiquemos.
En la segunda mitad (3 capítulos) se exhorta al lector o al
oyente a tomarse en serio personalmente esa doctrina (“¿qué faré yo,
mesquino, que só tan peccador?” 63, c)
y a preparase cada uno debidamente para esa
definitiva fecha.
63 Cuando los
santos ángeles tremerán con pavor,
que yerro non
fizieron contra Dios su señor,
¿qué faré yo,
mesquino, que só tan pecador?
Non sé cómo
paresca delante tal pastor.
Se le obliga al lector o al oyente a una reflexión personal
sobre lo que personalmente va a sentir en aquel día
tremendo:
64 Porque de
la su vista me quiera asconder,
nin será
aguisado nin avría poder;
yo razón non
podría contra Él mantener:
la su piedad
nos vala como es menester.
Y
se le anima a prepararse debidamente:
76 Todos los
christianos que en Christo creemos,
si estas
visïones escusar las queremos,
mejoremos las
vidas, penitencias tomemos,
ganaremos la
Gloria, el mal escusaremos.
El final es una plegaria para pedir la ayuda divina.
77 Digamos Pater Noster que nos esto ganemos,
laudemos la
Gloriosa, mercet nos li clamemos;
todos Ave
María a su honor cantemos,
que nos con el
su Fijo e con Ella regnemos.
(Amén.)
El título de
esta obra de Berceo es válido sólo para las 24 primeras
estrofas. Es decir, para menos de un tercio de las 77 que
componen la obra. Las 36 estrofas siguientes están dedicadas
a la descripción del Juicio Final y de sus consecuencias y
las 17 últimas a la reflexión personal del lector o del
oyente, fiel cristiano, sobre lo que para él personalmente
supone esa trascendente realidad cuya hora de llegada es
desconocida pero inexorable.
Tradicionalmente se le ha dado a este texto una
interpretación de “catequesis del terror”, de apocalíptica
que busca la conversión o la destrucción de infieles o
herejes (hay quien habla de apoyo a una naciente
Inquisición) o de un eco más o menos difuso de ideas
“milenaristas”.
De acuerdo con
la distribución que el autor hace de las 77 estrofas de su
obra, pienso, por el contrario, que estamos ante una
inteligente y bien construida catequesis, una magnifica
“instrucción pastoral” sobre ese “novísimo”, tan bien
pintado y esculpido por el arte Gótico—e incluso por el
Renacimiento—, que es el Juicio final.
Leído el texto
sin prejuicios se ve que su objetivo no sería otro que el
fomentar en el lector u oyente, fiel cristiano, un saludable
“santo temor de Dios”, acicate poderoso de la estricta
observancia de la Ley Divina, el Decálogo—la formulación más
sencilla y clara de la Ley Natural—, y mina “inexhaurible”,
inagotable de benéficas “obras de misericordia”.
Sorprendentemente este librito piadoso, redactado hacia
1237, puede ser leído con mucho provecho por cualquier
persona sensata y bien informada, laica a machamartillo, que
quiera ser simplemente ser humano “justo y temeroso de Dios”
en el actual siglo XXI.
Si estoy en lo
cierto al considerar que el propósito de Berceo en esta obra
es hacer una eficaz catequesis sobre el Juicio Final que
tiene como centro, como núcleo fundamental, el texto de Mt.,
25, 31-46, texto que Berceo cita literalmente, habría que
pensar que la pormenorizada descripción de “las señales”, de
los “Judicii signa” no es más que una introducción, una
propedéutica dramática, que prepare al lector y al oyente
para contemplar con la disposición debida la escena
fundamental del Juicio Final descrita por el evangelista.
Introducción que no tendría otra misión que la de ser una
amplificación, un comentario pormenorizado, de Mt., 24,
29-31. Amplificación, comentario pormenorizado tomado de
textos latinos medievales sobre los“Judicii signa”, entre
los que tendrían especial importancia para Berceo el de
Pedro Comestor y el de San Pedro Damián.
He añadido
también los textos paralelos de la Misa de Difuntos del
Misal Romano, y especialmente de la secuencia “Dies irae,
dies illa…” porque me parece que el texto de Berceo respira
ese mismo aire espiritual.
Insisto en la
fortísima carga ética laica universal del texto de Mateo,
25, 31 - 46 al que Berceo no quita ni añade nada: En el
Juicio Definitivo serán salvos los que hayan sido solidarios
y misericordiosos con su prójimo, los que hayan hecho obras
de efectiva caridad. No importa cuál sea su creencia o su
increencia. Lo único que importa es su beneficioso servicio
al prójimo. Serán condenados los que no hayan obrado así.
28 Rescibit
gualardón de lo que me sirbiestes,
ca cuando ovi
famne muy bien me apaciestes,
vedístesme
sediondo, bien a beber me diestes,
si me menguó
vestido, de grado me vestiestes.
29 Cuando a
vuestras puertas demandaba posada,
vos luego me
la dábades con voluntat pagada;
en las cuitas
que ovi, fallé en vos entrada,
quiero vos yo
agora de todo dar soldada.
30 De lo que
me serviestes, buen gualardón avredes,
por seculorum
secula conmigo regnaredes,
vivredes en
grand gloria, pesar nunca veredes,
siempre laudes
angélicas ante mí cantaredes."
"Id vos los
maledictos, ministros del pecado,
id con vuestro
maestro, vuestro adelantado.
32 Id arder en
el fuego que está abivado,
pora vos, e a
Lúzifer, e a todo su fonsado;
acorro non
avredes, esto es delibrado,
a qual sennor
serbiestes recivredes tal grado.
33 Quando
famne avía, andaba muy lazrado,
oír non me
quisiestes, nin darme un bocado,
si yo grand
set avía, non aviedes cuidado,
muy bien vos
aguardastes de darme hospedado.
34 Si vos
alguna cosa me oviésedes dada,
yo bien vos la
ternía agora condesada;
mas fuestes
vos tan crúos que non me diestes nada;
yo la vuestra
crüeza non la he oblidada.
35 Cuando el
pobreciello a vuestra puerta vino,
pediendo en mi
nombre con ábito mesquino,
vos dar no li
quisiestes nin del pan nin del vino;
oy si vos d'él
pensásedes, él vos seriá padrino.
Estaría bien
repasar la literalidad de:
Mt., 7, 21
– 23:
21 No son los
que me dicen: "Señor, Señor", los que entrarán en el Reino
de los Cielos, sino los que cumplen la voluntad de mi Padre
que está en el cielo.
22 Muchos me
dirán en aquel día: "Señor, Señor, ¿acaso no profetizamos en
tu Nombre? ¿No expulsamos a los demonios e hicimos muchos
milagros en tu Nombre?".
23 Entonces yo
les manifestaré: "Jamás los conocí; apártense de mí,
ustedes, los que hacen el mal".
Esta enseñanza
de Xto. no es más que un eco del monotema profético tantas
veces recordado por el Maestro.: “Id, pues, y aprended lo
que significa: “Misericordia quiero, y no sacrificios”.
Mt., 9, 13; 12, 7….
Convendría
volver a leer despacio también Marcos, 12, 28 – 34 y sobre
todo el gran texto desacralizador y secularizador que
establece la inutilidad de pertenencia a cualquier religión
institucionalizada o a cualquier iglesia establecida para
todo el que quiera cumplir la verdadera voluntad de Dios que
es lo que nos va a salvar o condenar a todos, creyentes y no
creyentes, el Día del Juicio Definitivo.
Me refiero a:
Mateo, 7,
12.
"Por eso, todo
cuanto queráis que os hagan los hombres, así también hacedlo
vosotros con ellos, porque esta es la Ley y los Profetas.”
Pablo, el
celoso cumplidor de la Ley, tuvo que aceptar la verdad del
principio asentado por Xto. con el consiguiente grave
escándalo de toda la ortodoxia judía:
Gálatas, 5,
14:
"Porque, en una
palabra, toda la Ley se cumple en el precepto: AMARÁS A TU
PROJIMO COMO A TI MISMO.”
Todo lo demás,
dogmas, ritos, liturgias, procesiones, peregrinaciones,
devociones, tradiciones, creencias, leyendas sagradas, mitos
religiosos… simplemente está de sobra.
Quiero añadir
una importante observación final que confirma el
aparentemente pleonástico y anacrónico título que le he
puesto a este trabajo. Entre los castigados al infierno de
Berceo no hay infieles ni herejes. Hay simplemente malas
personas:
Los
Calumniadores (41).
Los Codiciosos
(42).
Los malos
profesionales (43).
Los soberbios
(45).
Los
envidiosos (46).
Sin olvidar a:
Los
malos clérigos (44).
Berceo, atento
lector de Mateo, seguro que conocía bien aquel tremendo
texto en que Xto. explica cómo publicanos y prostitutas que
han encontrado el buen camino de la rectitud y la justicia
precederán en el Reino de Dios a los muy autoestimados
religiosos ortodoxos y estrictos, pero que carecen
absolutamente de ambas virtudes:
Mt., 21, 31
-32:
“Díceles
Jesús: «En verdad os digo que los publicanos y las rameras
llegan antes que vosotros al Reino de Dios.
Porque vino
Juan a vosotros por camino de justicia, y no creísteis en
él, mientras que los publicanos y las rameras creyeron en
él. Y vosotros, ni viéndolo, os arrepentisteis después, para
creer en él.”
1.- Las
señales que anunciarán el Juicio Final (1 – 24).
a.
Introducción (1 – 4).
b. Los quince
días, las quince señales (5 – 24).
Primer día. Elevación del nivel del mar (5 – 6).
Segundo día. Descenso del mar. Vuelta a su nivel (7).
Tercer día. El incontenible llanto de los animales (8 – 9).
Cuarto día. Arde el agua (10).
Quinto día. Las plantas sudan sangre (11).
Sexto día. Se derrumban los edificios (12).
Séptimo día. Se quiebran las piedras (13 – 14).
Octavo día. Todo cae a tierra (15).
Noveno día. Állanase la tierra (16).
Décimo día. Estampida enloquecida de los humanos (17).
Undécimo día. Se abren los sepulcros (18).
Duodécimo día. Caída de los astros (19).
Décimo tercer día. Triunfo absoluto de la muerte (20).
Décimo cuarto día. Arden el cielo y la tierra (21) .
Décimo quinto día. Resurrección de los muertos (22 – 24).
2.- El Juicio
Final. Lo que se nos ha enseñado (25 - 60).
a. La
colocación de los actores en el escenario (25 -26).
b. El discurso
del Redentor a los buenos (27 - 30).
c. El discurso
del Redentor a los malos (31 - 35).
d. Las penas
del infierno (36 - 47).
1.- Cuerdas de presos (36).
2.- Fuego del Infierno (37).
3.- Sensaciones molestas (38).
4.- Devorados por reptiles (39).
5.- Castigo de los sentidos (40).
6.- Castigo de la calumnia (41).
7.- El de la Codicia (42).
8.- Los malos profesionales (43).
9.- Los malos clérigos (44).
10.- Los soberbios (45).
11.- Los envidiosos (46).
12.- Resumen final (47).
e. Los gozos
del cielo (48 – 60).
1.- La entrada de los bienaventurados en el cielo (48 - 51).
2.- Cuestión previa: unión de cuerpos
y de almas (52 – 53).
3.- Inmortalidad y luminosidad (54).
4.- Vista y agudeza absolutas (55).
5.- Ingravidez (56 – 57).
6.- Ausencia absoluta del mal (58).
7.- Presencia del bien absoluto (59).
8.- Resumen final y conclusión (60).
3. El Juicio
Final. Interpelación personal al lector o al oyente (61 –
74).
1.- La terrorífica aparición del Juez
Supremo (61).
2.- Si los ángeles temen… (62 - 63).
3.- Imposibilidad de esconderme (64).
4.- No habrá intercesores (65).
5.- Veré el Infierno (66).
6.- Día largo y lleno de temor (67).
7.- Diversa situación de salvados y condenados (68).
8.- Todo será hecho público (69 - 71).
9.- La cuita del Juicio (72).
10.- Si mala cosa ver, peor cerrar los ojos (73 - 74).
4. Exhortación
final (75 – 76).
5. Conclusión
(77).
[2] Los textos latinos de
Comestor y san Pedro Damián introductorios a los
quince días y señales están tomados de Pensado Tomé,
José Luis, Los "signa judicii" en Berceo, Biblioteca
(virtual) Gonzalo de Berceo.
[3] Las notas son deudoras
del artículo citado de J. L. Pensado Tomé, de la
edición de B. Dutton, Londres 1975 y de la edición
de Michel García en Clásicos Castellanos,
Espasa-Calpe, Madrid, 1992.
[4]
Textos evangélicos
paralelos:
Mc 13.24-37; Lc 17.26-30,34-36; 21.25-33.
Textos bíblicos
complementarios:
Mateo 24:29 Ímágenes tomadas del AT (Is 13.9-10;
34.4; Jer 4.23-26; Ez 32.7; Jl 2.10-11; 2.31; 3.15;
Am 8.9; Sof 1.15) y reflejadas también en Ap
6.12-13; 8.12.
Mateo 24:30 Dn 7.13; Ap 1.7.
Mateo 24:31 Is 27.13; Mt 13.41-42,49-50; 1 Co
15.52; 1 Ts 4.16.
[5] Contar, hablar.
Lenguaje coloquial de la zona, “¿Qué te cuentas?”,
“¿Qué se cuenta por aquí?”, “¿Qué os contáis por
aquí?”, “No sé que se contaban”.
[6] Un poco de ratiello,
un ratito. Lenguaje coloquial de la zona, “estuvimos
muy poco rato” o “muy poco de rato”.
[7] Sermón, una
enseñanza edificante.
[8] Santo libriello,
un librito piadoso.
[9] Precioso cabdiello,
un guía imprescindible.
[11] Tenga que bien
merienda, tendrá suficiente para una mediana
comida, para un mediano provecho. Lenguaje coloquial
de la zona, “Ya tienes bien para un apuro”.
[12] En la
iconografía de san Jerónimo, la, a él atribuida,
revelación de las señales que anunciarán el Juicio
Final tendrá su importancia, como lo demuestra el
magnífico cuadro de El Españoleto, San
Jerónimo y el ángel del Juicio, conservado
en la Pinacoteca de Capodimonte. El cuadro fue
pintado por Ribera en 1626 para una de las capillas
laterales del lado de la epístola de la iglesia de
la Trinità delle Monache de Nápoles. En la segunda
mitad del siglo XVI surge una nueva iconografía
donde San Jerónimo escucha la trompeta del
Apocalipsis, iconografía ampliamente empleada por la
Iglesia contrarreformista.
[13] Ál, lo otro, lo
demás.
[14] Como veremos más
adelante, para Berceo, el texto base de las “señales
del Juicio” sería Mt., 24, 29-31. Su amplificación,
su comentario pormenorizado se haría tomando
diversos textos latinos medievales sobre los
“Judicii Signa” entre los que tendrían especial
importancia el de Pedro Comestor y el de San Pedro
Damián.
[15] Un fiero temporal,
Una época difícil.
[17] Estados,
estadios, medida de longitud romana y griega.
[19] Derecha,
trayecto, subida.
[21] Mal,
grandemente, mucho.
[22] De catarlo nul omne
sól non será osado, sólo la
posibilidad de verlo ni se le pasará por el
pensamiento a ningún hombre.
[23] Sigue en uso la
expresión “¡Tierra, trágame!”
[24] Carboniento,
carbonero, negro como el carbón. Expresión
coloquial.
[25] Lucha, batalla campal,
expresión aún usada en la zona.
[26] “Quiere hacerme mal”,
expresión aún usada en la zona.
[27] Menudas como sal,
imagen tomada de la realidad cotidiana; “menudo” por
pequeño o diminuto, expresión aún usada en la zona.
[28] Isaías, 2, 21; Apoc.,
6, 15-17. Berceo, al describir la catástrofe, no se
preocupa sólo del deterioro de las cosas. Añade el
dolor humano.
[30] Quizás el modelo sea
Lucas, 3, 4-6 trascribiendo Isaías, 40, 3-5, como
indica Michel García.
[31] Carrera, Camino real o carretera. Calle que fue antes camino.
Se usa en la zona todavía.
[32] Sól, sólo el
hecho de, ni siquiera.
[33] Apocalipsis, 6, 13:
καὶ οἱ ἀστέρες τοῦ οὐρανοῦ ἔπεσαν εἰς τὴν γῆν, ὡς
συκῆ βάλλει τοὺς ὀλύνθους αὐτῆς ὑπὸ ἀνέμου μεγάλου
σειομένη…y las estrellas del cielo
cayeron a la tierra, como la higuera deja caer sus
higos verdes al ser sacudida por un fuerte viento.
[34] “Menudos e granados”,
pequeños y grandes. De persona adulta aún se puede
decir “granado”, “en sazón”, “maduro”.
[35] Toda la estrofa es
construcción del poeta.
[36] Fiera barata,
tremendo desconcierto.
[37] Un tipo de tejido de
seda.
[38] En cavo ni en mata,
expresiones aún utilizadas en la zona.
[39]Profeta, Se
puede entender un eco Isaías, 27, 12 -13 ó de Joel,
2,1. O se puede entender como en el Credo, “Qui
locutus est per Prophetas”. “Profetas” comprendiendo
al total de los “autores inspirados” de la Biblia.
[40] Los
precedentes son Matt. 24, 31; I Cor. 15, 52; I The.
4, 15; Apoc. 11, 15…
[41]
Texto de Dies irae, dies illa:
3 Tuba mirum spargens sonum
per sepulcra regionum,
coget omnes ante thronum.
4 Mors stupebit et Natura,
cum resurget creatura,
iudicanti responsura.
[42] Nunca, en
cualquier momento.
[43] “P.: ¿Cuándo vendrá
a juzgar los vivos y los muertos? R: Al fin del
mundo. P.:¿Y entonces han de resucitar todos los
muertos? R: Sí, Padre, con los mismos cuerpos y
almas que tuvieron.” Catecismo del P.Astete.
[44] Ablentar,
expresión corriente en la zona perteneciente a la
trilla. Como dice el DRAE: “Aventar con el bieldo
las mieses, legumbres, etc., trilladas, para separar
del grano la paja.” Aquí muertos que han sido
quemados y sus cenizas esparcidas por el viento.
[45] Cuenta en honor de la
Santísima Trinidad. Todos de treinta años. Xto.
murió a los 33.
[46] Vuelto a su faz
humana.
[47]
Mateo 10:40-42
40 »Quien los recibe a ustedes, me recibe a mí; y quien me
recibe a mí, recibe al que me envió.
41 Cualquiera que recibe a un profeta por tratarse de un
profeta, recibirá recompensa de profeta; y el que
recibe a un justo por tratarse de un justo, recibirá
recompensa de justo.
42 Y quien dé siquiera un vaso de agua fresca a uno de estos
pequeños por tratarse de uno de mis discípulos, les
aseguro que no perderá su recompensa.»
[49] Torzón, cólico.
Expresión todavía usada: “Le va a dar un
torzón”.
[50] La madrastra le hace
pagar al hijastro la rabia de no haber sido la única
mujer de su padre.
[51] Mt,
14,28 ss.
[52] “In paradisum deducant te Angeli; in tuo adventu
suscipiant te Martyres, et perducant te in civitatem
sanctam Jerusalem. Chorus Angelorum te suscipiant, et cum Lazaro
quondam paupere aeternam habeas requiem.” Responso de la
absolución del túmulo.
[53] Oseas, 11, 10b-11.
“libera eas de ore leonis…”
Oración del ofertorio de la misa de difuntos del
Misal Romano.
[54] Responso de la absolución
del túmulo.
“Līberā mē, Domine, de
morte æternā, in diē illa tremenda:
Quandō
cœli movendi sunt et terra.
Dum
veneris īudicāre sæculum per ignem.
Tremēns
factus sum ego, et timeō, dum discussio vēnerit,
atque ventūra īra.
Quandō
cœlī movendi sunt et terra.
Diēs
illa, diēs īræ, calamitatis et miseriæ, diēs magna
et amara valde.
Dum
veneris īudicāre sæculum per ignem.
Requiem
æternam dōnā eīs, Domine: et lūx perpetua lūceat eīs.”
[55]
8 Rex
tremendæ maiestatis,
qui salvandos salvas gratis,
salva me, fons pietatis.
9 Recordare, Iesu pie,
quod sum causa tuæ viæ ;
ne
me perdas illa die.
10 Quærens me, sedisti lassus,
redemisti crucem passus,
tantus labor non sit cassus.
11 Iuste Iudex ultionis,
donum fac remissionis
ante diem rationis.
12 Ingemisco, tamquam reus,
culpa rubet vultus meus,
supplicanti parce Deus.
13 Qui Mariam absolvisti,
et latronem exaudisti,
mihi quoque spem dedisti.
14 Preces meæ non sunt dignæ,
sed tu bonus fac benigne,
ne perenni cremer igne.
15 Inter oves locum præsta,
et ab hædis me sequestra,
statuens in parte dextra.
16 Confutatis maledictis,
flammis acribus addictis,
voca me cum benedictis.
17 Oro supplex et acclinis,
cor contritum quasi cinis,
gere curam mei finis.
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